A Ponte Maceira
Hoy vamos a descubrir uno de los pueblos con más encanto de toda la región, una pequeña localidad de menos de cincuenta habitantes que parece haberse quedado anclada en el pasado.
Decir que se trata del pueblo más bonito de toda Galicia ni siquiera le hace justicia.
Una cascada y la presa del río Tambre, un precioso pazo del siglo XX, un bellísimo puente de piedra y, por supuesto, estampas absolutamente idílicas.
Nos encontramos en la provincia de A Coruña, a unos 95 kilómetros en coche de la capital provincial y a menos de 20 kilómetros de Santiago de Compostela. Es la cercanía con la ciudad santa lo que convierte a esta localidad en una visita absolutamente imprescindible.
El Ponte Vella. Es el principal reclamo de la localidad y una de las estampas más bellas de toda Galicia. Aparcar y bajarte del coche y observar la presencia de este maravilloso puente románico que cruza el río Tambre. Contaros que data del XII (aunque reformado en el siglo XVIII), cuando fue construido sobre los restos de un antiguo puente romano. Presume de contar con cinco arcos de sillería y otros dos más pequeños y una bóveda ojival en el arco central.
hay una leyenda en el Códice Calixtino sobre el Ponte Vella que la enlaza directamente con la ruta xacobea. Resulta que tras la muerte del Apóstol Santiago, sus discípulos, que trataban de darle sepultura, fueron perseguidos por los soldados romanos. Cuando los primeros cruzaron el puente, se dieron cuenta de que este empezó a derrumbarse por «intervención divina», impidiendo el paso de los militares. De hecho, si buscáis el escudo de Negreira, os daréis cuenta de que esta leyenda está representada en él.
También hay testimonios y documentación que indican que sobre el Ponte Vella tuvo lugar, en los primeros años del siglo XII, la batalla de Altamira. Esta enfrentó a los hombres del arzobispo de Santiago de Compostela, Diego Gelmírez, con las tropas de Pedro Froilaz de Trava (una familia pudiente gallega) y sus hijos Bermudo y Fernando, en disputa por la zona del río Tambre y el valle de A Maía.
Resulta que Ponte Maceira es una parada peregrina para aquellos que deciden llegar a Compostela y continuar su recorrido hasta Finisterre.
El pazo de Balandrón. Se trata de un palacete gallego construido en la década de los cincuenta (por tanto, muy moderno), emplazado sobre un entorno natural alucinante. Es de propiedad privada, por lo que no es posible visitarlo. ¡Siempre nos quedará la vista desde el puente!
Los molinos de Ponte Maceira. Es uno de los lugares más curiosos de todo el pueblo. Una vez que crucéis el puente y giréis a la derecha, en busca de una bonita panorámica de la construcción románica, os encontraréis con dos pequeñas salas que albergan dos molinos de agua antiguos. Justo al otro lado, en lo que hoy constituye un restaurante-cafetería, hay un tercero. Este último es un curioso molino de maquía, a los que podía acudir cualquier persona previo pago de la tasa pedida por el molinero.
La presa del río Tambre. ¡Qué fuerza! ¡Qué bravura! ¡Qué aguas! Con una longitud de apenas 125 kilómetros, el río Tambre presume, eso sí, de ser uno de los más caudalosos de toda España, hecho que queda patente en Ponte Maceira. Merece la pena detenerse a contemplar la presa del río Tambre a su paso por la localidad. La zona de rocas, junto a la fuerza del agua y la densa vegetación, han configurado una imagen preciosa.
Y, por último, aquí va otra sugerencia: pasea y recorre algunas de sus calles. Es muy pueblo muy pequeñito y donde todo está cuidado al milímetro. Párate frente a la capilla dieciochesca de San Brais, justo al final del puente,
visita el cruceiro de Ponte Maceira o descubre el conjunto de más de veinte hórreos con el que cuenta el municipio.
A unos veinte minutos andando, en Portor, se encuentra la iglesia de Santa María, a la que también os recomiendo echar un vistazo si tenéis tiempo.
Lo bueno es que, además, Ponte Maceira cuenta con una ubicación privilegiada para descubrir algunos de los lugares más emblemáticos que nos ofrece Galicia. La cercanía a la Costa da Morte es, sin duda, su principal reclamo.
uno de los puntos fuertes es Muxía. Esta localidad gallega, famosa por su buen producto del mar y por haber sido epicentro del desgraciado desastre del Prestige, cuenta con un montón de reclamos, más aún desde que su parador abrió las puertas el año pasado. Además del místico santuario de la Virgen de la Barca, destacan su puerto deportivo, el faro de Touriñán, las piedras mágicas, el monumento A Ferida y las Caldeiras de O Castro.
Y esto es todo amigos, Galicia es una maravilla, es mágica. Que disfrutéis del viaje.
Un saludo,
