Alfonso X El Sabio, El Rey Astrólogo

Alfonso X el Sabio reinó en Castilla y León entre 1252 y 1284. Falto del carisma de su padre, Fernando III, hubo de enfrentarse de lleno a la crisis económica que se abatió sobre Europa desde mediados del siglo XIII y a la rebelión de la nobleza. Acorralado por sus enemigos, el monarca se refugió en la cultura: la poesía, el derecho y también la historia. Su labor en este último campo dio como resultado una biografía de Alejandro Magno y sobre todo dos grandes obras históricas: la General Estoria y la Estoria de España.

La pretensión del Rey Sabio al poner en marcha esta empresa era doble: por un lado, justificar sus derechos al trono imperial de Alemania; y por otro lado, documentar históricamente la preeminencia de la monarquía sobre la nobleza. Objetivos en los que fracasó, pues en 1274 fue designado emperador Rodolfo de Habsburgo y la nobleza acabó imponiéndose a la monarquía en los últimos años de su reinado. La obra histórica de Alfonso X se inserta en una vieja tradición historiográfica en Castilla y León.

Durante la Edad Media se habían compuesto crónicas en latín, escritas por clérigos próximos a la corte –como Lucas de Tuy o Ximénez de Rada–, en las que se trataba de justificar el derecho histórico de sus reyes a ocupar las tierras musulmanas de la península Ibérica. La gran novedad de las dos crónicas de Alfonso X fue que su versión original se escribió en lengua vulgar, el castellano.

Para redactar sus dos historias, Alfonso X eligió personalmente a sus colaboradores, quienes durante varios años, entre 1252 y 1269, recopilaron material, lo ordenaron y tradujeron textos del latín y del árabe. El rey se reconoce como autor de la obra, aunque aclara en la introducción a la General Estoria que no la escribió de su puño y letra, sino que se limitó a dar las directrices del trabajo y corregirlo«Así como decimos muchas veces, el rey hace un libro, no por que él escriba con sus manos, mas porque compone sus razones y las enmienda y guía y endereza, y muestra la manera de cómo se deben hacer, y de sí escribe las que él manda».

Alfonso X dictando una de sus obras. Detalle de una miniatura de «Las cantigas de Santa María». Siglo XIII. Biblioteca de El Escorial.

La Estoria de España (o Primera Crónica General) consta de dos partes. La primera, de 565 capítulos, comienza con el Génesis y llega hasta la rebelión de Pelayo contra los musulmanes en Asturias, en 717. Se escribió entre 1270 y 1280. La segunda parte comprende el período que va de Pelayo a Fernando III, y se redactó durante el reinado del hijo y sucesor de Alfonso, Sancho IV. Se hicieron dos versiones: una oficial o culta, en latín, y otra popular, en castellano. Como fuentes se utilizaron la Biblia, las crónicas castellanas de la primera mitad del siglo XIII, los romances populares, los clásicos latinos, las leyendas eclesiásticas y las crónicas árabes. La obra presentaba el reino de Castilla y León como el eje de la historia de España. Tuvo gran difusión, a través de numerosas copias y resúmenes, y fue el ejemplo que siguieron las crónicas castellanas de los siglos XIV y XV.

Alfonso X el Sabio: el mayor cronista de la España medieval

La General Estoria una historia universal estructurada en seis edades (división usual desde san Agustín y san Isidoro), de las que no se completaron la quinta y la sexta. Su método de composición se expone al principio de la obra: «Yo, don Alfonso, por la gracia de Dios rey de Castilla, de Toledo, de León, etc., después que hube hecho reunir muchos escritos y muchas historias de los hechos antiguos, escogí de ellos los más verdaderos y los mejores que supe; e hice después hacer este libro, y mandé poner todos los hechos señalados también de la historia de la Biblia, como de las otras grandes cosas que acaecieron por el mundo desde que fue comenzado hasta nuestro tiempo»La crónica empieza, pues, con la creación del mundo según la Biblia y acaba poco antes del nacimiento de Cristo, uniendo la historia propiamente dicha con relatos legendarios y mitológicos.

12.- 4. EL TESTIMONIO DE LA GENERAL ESTORIA | Obras de Diego Catalán

EL TESTIMONIO DE LA GENERAL ESTORIA.  

El Rey Alfonso X, en su Estoria de Españaprocuró justificar el derecho de los reyes de Castilla y León a reconquistar los territorios de al-Andalus. Por ello presenta a los españoles– identificados con los cristianos castellanos– como descendientes de Tubal, quinto hijo de Jafet y nieto del patriarca Noé; fueron ellos los primeros pobladores de la Península, a la que entraron por los Pirineos y a la que dieron el nombre de Hesperia, por la estrella Espero. Así se enlazaba la historia de España con los tiempos bíblicos.

Los musulmanes de al-Andalus, en cambio, eran invasores extranjeros, y Alfonso describe su ocupación como cruenta y feroz, desde la batalla de Guadalete: «Pues que la batalla fue acabada desventuradamente y fueron todos muertos, los unos y los otros, pues en verdad no faltaba en la tierra quien a la batalla no acudiese, de un cabo al otro, en ayuda del rey Rodrigo… quedó toda la tierra vacía del pueblo, llena de sangre, bañada de lágrimas, cumplida de apellidos, huésped de los extraños, enajenada de los vecinos, desamparada de los moradores, viuda y desolada de sus hijos, confundida de los bárbaros, disminuida por la llaga, fallida de fortaleza, flaca de fuerza, menguada de conocimiento y desolada del solar de los suyos».

Ocho siglos de guerra
Batalla de Guadalete

El Rey Alfonso X conocido como el Sabio era un gran aficionado y conocedor de la astrología

Nacido en Toledo en 1221 y coronado en 1252, el reinado del primogénito de Fernando III el Santo destacó en el campo cultural. Se le considera el fundador de la prosa castellana e incluso se le atribuye la adopción del castellano como lengua oficial.

Destacó en varios ámbitos como las ciencias jurídicas, la historia, la astronomía y la astrología. Tan amplio era su conocimiento en este último campo que durante su vida tradujo numerosos libros de magia y astrología, libros que hoy en día siguen siendo leídos y estudiados. Algunos de estos libros son el Picatrix o el Lapidario. El Picatrix es un manual de magia del que sólo se tenía una copia y estaba en poder del Rey al considerarlo un libro peligroso de magia oculta. Por otro lado el Lapidario es uno de los libros sobre piedras más importantes por sus relaciones astrológicas para la cura de enfermedades.

El Rey Alfonso X fue también un estudioso de las artes adivinadoras siendo un gran conocedor del tarot como fuente de conocimientos futuros. En este campo desarrolló el Tratado de Astrología y magia, libro que hoy en día sigue siendo un referente.

El Rey Astrólogo

Alfonso X el Sabio, el rey que inició el giro copernicano

Si la expresión “la noche de los tiempos” pudiera hacer referencia a alguna época concreta, bien podría ser 1221. Aquel año terminaba la quinta cruzada, una guerra inútil que acabó con las cosas tal como estaban antes de iniciarse. Genghis Khan consolidaba su imperio mongol, dejando a su paso inmensas masacres con millones de cadáveres. Y sin embargo, en aquellos tiempos oscuros nacía una rara luminaria que iba a facilitar lo que tres siglos después sería la revolución copernicana: el rey Alfonso X de Castilla, llamado el Sabio.

No es que el rey Alfonso (23 de noviembre de 1221 – 4 de abril de 1284) no se dedicara a lo común en los monarcas de su tiempo; es decir, conquistar, arrasar y enredarse en embrollos sucesorios y conspiraciones de poder, que le llevaron a ordenar la ejecución de su hermano Fadrique. Su reinado, desde 1252 hasta su muerte, se enclavó en plena Reconquista contra los musulmanes, durante la cual tuvo ocasión de legar a la historia su nutrida cuota de masacres.

Sin embargo, Alfonso tenía una influencia inusual en su época: su madre, la alemana Beatriz de Suabia. Era una mujer culta, criada en la corte de su primo Federico II de Hohenstaufen, un entusiasta promotor de las artes y las ciencias, y fundador de la Universidad de Nápoles. Beatriz transmitió a sus hijos el amor por la cultura, a consecuencia de lo cual Alfonso reunió en su corte a una cosmopolita amalgama de intelectuales cristianos, judíos y musulmanes. Al reorientar el trabajo de la Escuela de traductores de Toledo para traducir las obras al castellano en lugar de al latín, fomentó el uso de esta lengua entonces vulgar, asentando los cimientos de la lengua española.

ALFONSO X Y LA ESCUELA DE TRADUCTORES DE TOLEDO | Textualia traducciones

Entre las obras traducidas por aquellos eruditos se encontraban numerosos textos científicos y médicos de origen judío o árabe. Y entre ellos, una de las contribuciones más destacadas del monarca fueron sin duda las Tablas Alfonsíes, un registro de datos astronómicos de la observación del firmamento desde Toledo. La obra actualizó las Tablas Toledanas elaboradas en el siglo XI por el astrónomo árabe-toledano Azarquiel y otros. Basándose en el sistema geocéntrico de Ptolomeo, las nuevas tablas publicadas por Alfonso fueron elaboradas entre 1263 y 1272 bajo la dirección de los astrónomos judíos Yehuda ben Moshe e Isaac ben Sid.

UN ESLABÓN ENTRE PTOLOMEO Y COPÉRNICO

Por desgracia, las tablas originales manuscritas en castellano no se han conservado. De hecho, la obra desapareció durante medio siglo, hasta que en 1321 se produjo en París una versión en latín cuyas copias comenzaron a circular por Europa. Así, las Tablas Alfonsíes se convirtieron durante siglos en el instrumento más popular en Occidente para calcular las efemérides o posiciones de los astros, empleadas también por los astrólogos para formular sus predicciones. La primera versión impresa apareció en 1483 en Venecia. La segunda edición se publicó en 1492, y una de aquellas copias fue adquirida por un joven estudiante de la Universidad de Cracovia (Polonia) llamado Nicolás Copérnico.

Las Tablas Alfonsíes eran un registro de datos astronómicos de la observación del firmamento desde Toledo

Monumento a Copérnico en Varsovia, por Bertel Thorvaldsen.
Monumento a Copérnico en Varsovia

Copérnico mandó encuadernar aquel ejemplar con cubiertas de cuero y le añadió 16 hojas en blanco para sus anotaciones. De este modo comenzaba una carrera que medio siglo después, poco antes de la muerte del astrónomo polaco en 1543, culminaría en la publicación de De revolutionibus orbium coelestium, un título premonitorio de la revolución que llegó a prender: la del sistema heliocéntrico que derribaba el geocentrismo de Ptolomeo.

Escenografía del sistema mundial copernicano.

Las de Alfonso no fueron ni mucho menos las únicas tablas que Copérnico empleó, y se ha cuestionado que llegara a basarse en ellas extensamente. Es más, incluso se ha sugerido que las tablas parisinas, las que hoy pasan por ser las alfonsíes, quizá no procedían de estas sino que fueron una producción completamente independiente. Al fin y al cabo era la noche de los tiempos y probablemente muchos de aquellos detalles quedarán para siempre envueltos en la oscuridad. Pero si hay algo incuestionable es que Alfonso X el Sabio ha pasado a la historia como el eslabón entre Ptolomeo y Copérnico, en una cadena que se prolongó hasta lo que hoy llamamos ciencia.

Códices de Astrología

Ilustradas por un astrolabio, en la imagen podemos apreciar unas páginas del «Libro del saber de Astrología» perteneciente a Scriptorum Regio de Alfonso X «El Sabio«.

Un 4 de abril de 1284 fallece Alfonso X de Castilla

Un 4 de abril de 1284 fallece Alfonso X de Castilla - Mienciclo Blog

Gracias a :

Historia National Geographic


Patxi Amescua

Productor de TV

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