Camino del Cid. Parte I.

Hola amigos vamos a comenzar una serie de etapas del camino que hizo Rodrigo Díaz de Vivar en su vida llena de historias y leyendas. Una vida dura propia de un gran guerrero.

Vamos a seguir el orden de ruta que señalan los libros del Camino Cid. Iremos detallando los lugares que pasamos, pero como el recorrido es de casi 2.000 kilómetros, lo editaremos en más de una entrega.

El Camino del Cid es un itinerario turístico cultural que atraviesa España de noroeste a sudeste y sigue las huellas literarias e históricas de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, el famoso caballero medieval del siglo XI.

Los lugares, parajes y castillos que aparecen en el Cantar de mío Cid forman la columna vertebral de este itinerario. También recorre algunos lugares que no aparecen en el Cantar pero que están vinculados a la figura histórica del Cid.

Hoy vamos a empezar por el destierro.

BURGOS – SORIA – GUADALAJARA. Recorrido:Desde Vivar del Cid (Burgos) hasta Atienza (Guadalajara)Jornadas: 4 días 378,9 KMS.

  • Desde Vivar del Cid (Burgos) hasta Atienza (Guadalajara)
  • Provincias: Burgos, Soria, Guadalajara

Empezaremos por Vivar del Cid, donde nace este personaje. Su padre está al cargo de la frontera castellano-navarra, situada a pocos kilómetros de Vivar. Poseía propiedades y varios molinos harineros.

De su madre se conoce el apellido, Rodríguez (más inseguro es su nombre, que podría ser María, Sancha o Teresa), hija de Rodrigo Álvarez, miembro de uno de los linajes de la alta nobleza castellana. El abuelo materno del Campeador formó parte del séquito de Fernando I de León desde la unción regia de este último el 21 de junio de 1038 hasta 1066.

Fernando I de León

Esta familia emparentaba a Rodrigo Díaz con el tenente de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya, Lope Íñiguez; con el de Castilla Gonzalo Salvadórez; con Gonzalo Núñez, tenente del alfoz de Lara y genearca de la casa homónima o con Álvar Díaz, que lo era de Oca, y se había casado con la hermana de García Ordóñez, a quien las fuentes épicas y legendarias consideraron rival irreconciliable del Cid.

Aquí comienza el Cantar de Mío Cid, acompañado de sesenta caballeros, abandona Vivar con lágrimas en los ojos camino del destierro. orden real de abandonar Castilla en nueve días. Es precisamente a la salida cuando una corneja se cruza en el camino de los desterrados. El vuelo de la corneja, dependiendo de su dirección, era tomado como un augurio, y en este caso el Cid lo entendió como un símbolo de buen agüero en su viaje. Por este motivo la corneja es la imagen del salvoconducto del Camino del Cid, símbolo de buena suerte en el caminar. Si recorres el Camino del Cid te cruzarás muchas veces con ella.

Vivar se encuentra en el valle del río Ubierna: un río pequeño pero decisivo para la vida de sus pobladores medievales. A comienzos del siglo XI estas tierras se encontraban bajo la protección de Diego Laínez, padre de Rodrigo, ya que la frontera con Navarra se hallaba muy cerca, junto a Urbel del Castillo, a menos de 30 kilómetros de Vivar. El valle era idóneo para la agricultura y posiblemente estuviera muy poblado y sus habitantes desperdigados en numerosos núcleos o pequeñas aldeas, la mayor parte desaparecidas, alguna de las cuales daría lugar a Vivar. Junto al cauce del río Ubierna se construyeron algunos molinos harineros que se cree pertenecieron a la familia de Rodrigo.

Vivar es un pueblo volcado en la figura del Cid: desde los nombres de las calles hasta diversos hitos escultóricos, todo evoca su estela legendaria. Quizá los hitos más significativos sean el mojón de la Legua Cero -junto a un viejo molino harinero, inicio simbólico de la ruta- y la estatua del Cid. Esta se encuentra en la plaza, y refleja un Cid más humano, alejado de los clichés heroicos. Frente a esta escultura hay un hito de piedra con la versión paleográfica de los primeros versos del Cantar: un buen lugar donde sacarse una fotografía de recuerdo, al igual que la Legua Cero.

Junto a la plaza se encuentra la iglesia de San Miguel Arcángel: aunque la actual edificación es del siglo XVI, diversas excavaciones han descubierto una necrópolis datada entre los siglos XI a XIII. En su interior se conserva una pila románica de procedencia desconocida.

También es posible ver en el Convento del Espino el cofre donde según la tradición se guardó el único manuscrito existente del Cantar, hoy en la Biblioteca Nacional: una buena excusa para comprar sus pastas y dulces artesanales, algunos con nombres como Lágrimas de doña Jimena.

El cofre

La última recomendación no se encuentra en Vivar, sino en el pueblo vecino, Sotopalacios, a dos kilómetros de distancia: Allí encontrarás un castillo del siglo XV, construido sobre la que algunos estudiosos -entre ellos Menéndez Pidal- ubican la casa solariega del Cid.

En 1058, siendo muy joven, entró en el servicio de la corte del rey Fernando I, como doncel o paje del príncipe Sancho, formando parte de su curia noble. Este temprano ingreso en el séquito del infante Sancho II es otro indicio que lleva a pensar que el muchacho Rodrigo Díaz no era un humilde infanzón. En definitiva, el mito del Cid como perteneciente a la más baja nobleza parece más bien un intento de acomodar la genealogía de los míticos Jueces de Castilla del Linage de Rodric Díaz y sus descendientes, y del personaje legendario del Cantar de mio Cid, al Rodrigo Díaz histórico para destacar la heroicidad del protagonista, caracterizándolo como un castellano viejo pero no de alta nobleza que asciende gracias al valor de su brazo.

En resumen, es seguro que Rodrigo Díaz desciende por línea materna de la nobleza de los magnates y, de aceptar la tesis de Margarita Torres, también por la paterna, pues entroncar con los Flaínez de León. En todo caso, tanto el alcance de las propiedades con que dota a su mujer en la carta de arras de 1079,​ como la presencia desde muy joven en el séquito regio o las labores que desempeña en la corte de Alfonso VI, son suficientes para concluir que el Cid fue un miembro de la alta aristocracia.

Rodrigo Díaz, muy joven, sirvió al infante Sancho, futuro Sancho II de Castilla. En su séquito fue instruido tanto en el manejo de las armas como en sus primeras letras, pues está documentado que sabía leer y escribir. Existe un diploma de dotación a la Catedral de Valencia de 1098 que Rodrigo suscribe con la fórmula autógrafa «Ego Ruderico, simul cum coniuge mea, afirmo oc quod superius scriptum est» (‘Yo Rodrigo, junto con mi esposa, suscribo lo que está arriba escrito’). Tuvo, asimismo, conocimientos de derecho, pues intervino en dos ocasiones a instancias regias para dirimir contenciosos jurídicos, aunque quizá en el ambiente de la corte un noble de la posición de Rodrigo Díaz pudiera estar oralmente familiarizado con conceptos legales lo suficiente como para ser convocado en este tipo de procesos.

De Vivar nos dirigimos a la localidad de Quintanilla Vivar, que tiene un Monasterio gótico renacentista de Fresdeval Siglos XV – XVII y que está en ruinas. Además hay un puente medieval sobre el rio Ubierna.

Y de allí nos encaminamos a Burgos, pasando por Villatoro.

Llegamos a Burgos y continuamos con la historia:

Estuvo el Cid al servicio del Rey Sancho, largas temporadas en esta localidad. En 1080 asiste al concilio que adopta el rito romano en sustitución del mozárabe, En 1081 abandona Burgos en su primer destierro, adonde regresó tras el perdón real en 1087. En ese año parte de Burgos con una fuerza numerosa para reforzar las tropas del rey de la taifa de Zaragoza, Al Mustain. Tras algarar ( tropas a caballo que salían por tierras enemigas) por territorios valencianos, regresa a Burgos a finales de 1087. En la primavera de 1088 sale de la ciudad para no volver jamás.

Cantar de Mio Cid

El Cantar. Tras abandonar Vivar el Cid entra en Burgo. Después de arrodillarse en Santa María, la antigua catedral románica, el Cid y sus hombres cruzan el río Arlanzón y levantan su campamento en la orilla frente a los muros de la ciudad, pues el rey Alfonso ha prohibido a los burgaleses que le ayuden bajo pena de perder los bienes y los ojos de la cara. Falto de dinero consigue mediante un engaño una buena cantidad de dinero de los judios Rachel y Vidas con la ayuda del burgalés Martín Antolínez.

Catedral de Santa María (Burgos)

Salimos de Burgos y nos dirigimos a Cortes, Cardeña Jimeno y de allí al Monasterio de San Pedro de Cardeña.

Este Monasterio y el Cid tuvieron una vinculación muy estrecha dan cuenta diversos escritos. En Abril de 1073 el Cid defendió al monasterio de un pleito jurídico por derecho de pasto en Orbaneja. En 1076 y 1079 realiza varias donaciones, siendo Abad son Sisebuto. en 1102, Jimena traslado aquí sus restos mortales, desde Valencia. Sufrieron varios contratiempos hasta que por fín en el año 1921 descansan en la Catedral de Burgos.

Sepulcro de el Cid y de su esposa Doña Jimena

Seguimos a Carcedo e inmediatamente nos encontramos con Modúbar de San Cibrián. Modúbar es rica en aguas; una de sus fuentes, ya en el pueblo, es conocida como la fuente de los sarcófagos, ya que se utilizaron dos de ellos para canalizar su paso: posiblemente pertenezcan al monasterio románico de San Martí­n. Desde la fuente nos dirigimos a la iglesia de San Pedro Apóstol, del siglo XVII, de una sola nave, que conserva una pila románica que de nuevo nos remite al viejo monasterio.

Continuamos camino hasta Los Ausines. La primera referencia documental a los Ausines se remonta al siglo X, año 972. Se trata de un documento de permuta en el que el conde de Castilla García Fernández pasa a adquirir la propiedad de una dehesa, que luego donará al monasterio de San Pedro de Cardeña, a cambio de exonerar al concilium de los Ausines de la castellaria, por la cual sus habitantes tenían el deber de utilizar una parte de su tiempo para la construcción y reparación de fortalezas. También existe referencia a la existencia de un castillo en el siglo XII; este castillo, del que no se han encontrado restos (pero sí de un castro de la Edad del Hierro), estaría en lo alto de la peña del Castillejo y para ello se habrían reutilizado los elementos constructivos del castro. Desde esta peña se observa una estupenda panorámica del camino hacia Lara; según Abásolo, debía existir una vía romana que unía Clunia con Lara y Los Ausines, que de este modo se convertía en la puerta de entrada al valle del Arlanzón.

Saliendo de Los Ausines, nos encontraremos con Revilla del Campo, Cubillo del Campo, Torrelara, Paúles de Lara, Lara de los Infantes, Ligada a la Leyenda de los Siete Infantes de Lara, este pequeño pueblo con mucha historia se encuentra en la Tierra de Lara, en las postrimerías de la Sierra de La Demanda. Su iglesia de la Natividad de Nuestra Señora, de origen románico aunque con numerosas modificaciones, resulta ser una muy interesante visita. Desde el pueblo, y tras una corta pero empinada caminata, accede el viajero al castillo de Picón de Lara, del siglo X, hoy en ruinas pero de un gran valor simbólico en la zona, y desde el cual se obtienen unas estupendas vistas. 

Hacemos un alto y continuamos contando la historia de Mio Cid.

Posiblemente Rodrigo Díaz acompañaba al ejército del aún infante Sancho II cuando acudió a la batalla de Graus para ayudar al rey de la taifa de Zaragoza al-Muqtadir contra Ramiro I de Aragón en 1063. Desde el acceso al trono de Castilla de Sancho II los últimos días del año 1065 hasta la muerte de este rey en 1072, el Cid gozó del favor regio como magnate de su séquito, y podría haberse ocupado de ser armiger regis ‘armígero real’, cuya función en el siglo XI sería similar a la de un escudero, ya que sus atribuciones no eran todavía las del alférez real descrito en Las Partidas en el siglo XIII. El cargo de armígero se convertiría en el de alférez a lo largo del siglo XII, pues iría asumiendo competencias como la de portar la enseña real a caballo y ocupar la jefatura de la mesnada del rey. Durante el reinado de Sancho II de Castilla las tareas del armiger (guardar las armas del señor, fundamentalmente en ceremonias formales) serían encomendadas a caballeros jóvenes que se iniciaban en las funciones palatinas.​ Sin embargo, en el reinado de Sancho II no hay documentado ningún armiger regis, con lo que este dato podría deberse únicamente a la fama que se propagó posteriormente de que Rodrigo Díaz era el caballero predilecto de este, y de ahí que las fuentes de fines del siglo XII le adjudicaran el cargo de alférez real.

Ramiro I de Aragón

Combatió con Sancho en la guerra que este sostuvo contra su hermano Alfonso VI, rey de León, y con su hermano García, rey de Galicia. Los tres hermanos se disputaban la primacía sobre el reino dividido tras la muerte del padre y luchaban por reunificar. Las cualidades bélicas de Rodrigo comenzaron a destacar en las victorias castellanas de Llantada (1068) y Golpejera (1072).​ Tras esta última Alfonso VI fue capturado, de modo que Sancho se adueñó de León y de Galicia, convirtiéndose en Sancho II de León. Quizá en estas campañas ganara Rodrigo Díaz el sobrenombre de «Campeador», es decir, guerrero en batallas a campo abierto.​

Alfonso VI de León

Tras el acceso de Sancho al trono leonés, parte de la nobleza leonesa se sublevó y se hizo fuerte en Zamora bajo el amparo de la infanta doña Urraca, hermana de los anteriores. Con la ayuda de Rodrigo Díaz el rey sitió la ciudad, pero murió asesinado —según cuenta una extendida tradición— por el noble zamorano Bellido Dolfos, si bien la Historia Roderici no recoge que la muerte fuera por traición. El episodio del cerco de Zamora es uno de los que más recreaciones ha sufrido por parte de cantares de gesta, crónicas y romances, por lo que la información histórica acerca de este episodio es muy difícil de separar de la legendaria.

Doña Urraca señora de Zamora

Hacemos un alto en la historia y continuamos viaje a Quintanilla de las Viñas. A las afueras de Quintanilla de Las Viñas, viniendo de Lara de los Infantes, se encuentra su ermita visigoda del siglo VII, un templo del que solo se conserva el ábside y la nave transversal, suficiente para ser considerada una de las joyas de la arquitectura visigoda de Europa. El viajero que entre en su interior no dejará de conmoverse ante la emotiva simplicidad del templo y de sus bajorrelieves.

Nos encaminamos a Cubillejo de Lara, Cubillejo es una pequeña población de la Tierra de Lara, en las postrimerías de la Sierra de la Demanda. Su iglesia parroquial contiene una pila bautismal románica. A 2 km del pueblo, por un camino rural hacia el suroeste el viajero curioso encontrará un magnífico dolmen: se trata de una enterramiento con un corredor y un amplia cámara funeraria, y algunas otras sorpresas para el observador curioso. 

De aquí nos vamos a Cubillo del César, Cubillo del César es una pequeña localidad burgalesa situada en las estribaciones de la Sierra de La Demanda, en la llamada Tierra de Lara, un territorio duro, de intensas raíces medievales aún visibles. El pueblo es pequeño y tranquilo, y en sus alrededores abundan los restos fósiles: desde grandes trilobites a icnitas (huellas de dinosaurio). Posiblemente, el gran foco de interés sea, para el viajero cidiano, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción: un interesantísimo ejemplo de transición entre los estilos románico y gótico rurales. Si un escritor de misterios medievales tuviera que buscar un escenario para su próxima novela esté bien podría ser Cubillo del César. Los canecillos de la iglesia están exentos de decoración salvo uno de ellos, en el ábside, que representa al diablo. En su interior hay una fantástica pila bautismal muy decorada que muestra la media luna, la estrella de David y la cruz. Pero la gran sorpresa se halla bajo el ábside, en uno de cuyos nervios puede verse el rostro de un hombre de raza negra y grandes orejas cuyo significado es difícil de determinar aunque muy bien pudiera tratarse de una representación del diablo.

De Cubillo del César, nos vamos a Cuevas de San Clemente, con su pila bautismal románica y de allí a Mecerreyes, que también posee una pila bautismal románica. Y llegamos a Covarrubias.

Numerosas culturas —paleolítica, celtibérica, romana…— se han asentado en el fértil valle en el que se encuentra Covarrubias, y de todas se han encontrado vestigios. Pero los primeros pobladores conocidos de Covarrubias fueron los turmódigos, tribu ibérica prerromana extendida por gran parte de la provincia de Burgos. Pero el origen de esta villa es medieval, fue fundada por el rey visigodo Chindasvinto en el siglo VII sobre los restos de un castro romano, aunque las murallas que construyó fueron destruidas hacia el año 737.

Chindasvinto rey de los visigodos

Tras el paso de los visigodos, la primitiva villa recibió a los árabes. Y con los últimos días de éstos, aparece la figura de primer conde independiente de Castilla, Fernán González, quien unificó Castilla. Al conde le gustaba descansar en esta villa, en el palacio que tenía su madre Muniadona.

A García Fernández, su hijo, se debe el engrandecimiento de Covarrubias. Dos años después de la muerte de Fernán, compra la villa de Covarrubias a los monjes de Valeránica, y funda el Infantado de Covarrubias el 24 de noviembre de 978, con lo que la villa se convierte en capital de un extenso territorio independiente, con jurisdicción propia en lo eclesiástico como en lo civil y penal gozando a su vez de exenciones tributarias privilegiadas. En un principio, sería disfrutado por su hija Urraca, la única con poder pleno sobre todo lo ubicado en tal demarcación: anulando la autoridad del Conde Soberano de Castilla o del mismo rey.

Como los dominios del Infantado se dispersaban por un área muy amplia (gran parte de las provincias actuales de Burgos, Santander, Álava, Logroño y Palencia) sus habitantes podían circular por toda Castilla con entera libertad. En sus comienzos, el infantado de Covarrubias comprendería setenta villas e iglesias, veinte monasterios, infinidad de caseríos, quintas, montes, prados, pozos de sal, etc.

El infantado atravesó una grave crisis a la muerte de Sancha, infanta de Covarrubias, y del rey de Castilla Sancho III. La vacante quedó vacía y Alfonso VIII confió al arzobispo de Toledo la célebre institución. Pero Fernando III el Santo —nieto de Alfonso VIII— consumó la restauración a instancias de su madre Berenguela. Este soberano reunió los miembros separados, devolvió su autonomía primitiva y no habiendo en Castilla infanta, instauró en su gobierno al infante Felipe de Castilla.

Pero la aparición de la princesa Cristina de Noruega, hija del rey Haakon IV de Noruega, acabó con la vida religiosa de Felipe. Kristina, se supone había venido para casarse con el rey Alfonso X el Sabio —que no tenía descendencia con su esposa Violante, y ardía en deseos de repudiarla y tener un heredero—, pero a su llegada, la reina Violante iba a ser madre. ¿Qué hacer con la infanta noruega y con el pacto con el rey Haakon? Rápida y astutamente le dieron a elegir entre los hermanos del rey Alfonso, eligiendo ella —guiada por el propio rey— al infante Felipe, con quien se casa el día 31 de marzo de 1258 en Valladolid. Pero la dulce princesa nórdica, muere de melancolía en Sevilla, tras cuatro años de matrimonio, encerrada en su palacio, añorando los fiordos noruegos, y su vida en Tönsberg. Fue enterrada en la colegiata de Covarrubias, en un sepulcro gótico de piedra labrada con una arquería de diez vanos y un friso superior de roleos.

Haakon IV de Noruega

Salimos de camino hacia Retuerta y de allí a Santibañez del Val.

Santibáñez del Val es un pueblo pequeño pero armonioso situado en el Espacio Natural de La Yecla y los Sabinares del Arlanza, a 6 km de Santo Domingo de Silos y a otros tantos -por un camino de tierra que enlaza el puente sobre el río Mataviejas con la BU-910)- del Desfiladero de La Yecla, una llamativa garganta caliza que se cruza a través de unas pasarelas.

Se  encuentra a los pies de la Peña Cervera, una mole impresionante que domina todo el valle. En sus calles se alternan las casas de piedra sillar y de mampostería y adobe. Cerca de la carretera se alza la iglesia de San Juan Bautista, una mole del siglo XVIII. En las afueras de la localidad, en dirección a Barriosuso, por un agradable paseo arbolado que corre paralelo a una acequia, nos encontramos, tras cruzar el río Mataviejas, con la ermita de Santa Cecilia, un pequeño edificio de origen prerrománico, situado en un entorno ideal para el descanso o la reflexión. La ermita pertenece a Barriosuso, una pedanía de Santibáñez que se encuentra a poco más de un kilómetro encajada en una pequeña grieta de las peñas de Cervera.

 ermita de Santa Cecilia

Seguimos el camino y vamos a parar Santo Domingo de Silos.

El 12 de Mayo de 1076, Rodrigo y Jimena donaron al Monasterio de San Sebastian de Silos y a su abad Fortún, la mitad de las villas de Peñascoba y Fresnosa.

  • No puedes irte de Silos sin visitar su excepcional claustro románico, en uno de cuyos capiteles puede verse una mesnada medieval que refleja con bastante precisión las vestiduras para la guerra en tiempos del Cid.
  • Los servicios religiosos de los monjes ofrecen la posibilidad de escuchar a los viajeros el canto gregoriano, canto de origen medieval de sentida espiritualidad que, de un modo involuntario, llevó a los monjes a adquirir fama mundial durante los años ochenta.

De Silos nos vamos hacia Hinojar de Cervera y de allí a Peñacoba.

Peñacoba y sus tierras pertenecieron al Cid. En 1076 Rodrigo y su mujer, doña, Jimena donaron la aldea al Monasterio de Silos.

Continuamos a Hortezuelos y a Espinosa de Cervera.

El pueblo, pequeño y recogido, conserva algunos ejemplos interesantes de arquitectura tradicional, como las típicas chimeneas serranas de forma cónica, así como algunas construcciones singulares (la llamada casa del cura o la fuente de origen incierto, llamada romana o románica indistintamente). Sin embargo, su mayor interés está en la iglesia de San Millán, románica, del siglo XII: sobresale su torre y su bonito ábside, en el que pueden verse algunos canecillos interesantes: animales y bestias, un escriba o un soldado medieval, entre otros.

San Millán

Continuamos a Pinarejos, sería el paraje en el que el Cid y los suyos acamparon en el séptimo día del destierro y donde se le unieron nuevas gentes y caballeros.

Vamos a Huerta del Rey y a Caleruega.

Los orígenes de Caleruega se remontan a los albores de Castilla, en el siglo X, durante la Reconquista. De los orígenes de la villa de Caleruega se conservan varios testimonios (el Torreón de los Guzmanes y la parroquia románica de San Sebastián de la que hoy en día se conservan originales la torre y el arco de entrada). En el año 1068 aproximadamente, el rey Alfonso VI el Bravo creó el Señorío de Caleruega, siendo Don Munio Díaz de Caleruega el primer titular. No obstante, tras la muerte sin descendencia del hermano de Sto. Domingo de Guzmán, el Venerable Antonio de Guzmán, V Señor de la Villa, el rey Alfonso X el Sabio otorgó a Caleruega un privilegio Rodado con el que entre otras cosas se le traspasaba el título al Real Monasterio, y más concretamente a la que fuese por entonces priora de dicho monasterio.

Monasterio

También hay que destacar que durante el destierro de El Cid Campeador, durante el siglo XI, éste pasó por la villa. En la Peña de San Jorge, una de las montañas de Caleruega, había muchas cuevas (ahora la mayoría bodegas), y según la leyenda popular allí se refugiaban los moros que, cuando lo veían necesario, atacaban al pueblo. Cuando el Cid llegó, el pueblo escondido y atemorizado en el Torreón de los Guzmanes salió a batallar y consiguieron expulsar a los moros de Caleruega.

Bodegas

En el siglo XIII, a raíz de la canonización de Santo Domingo, su hermano, el beato Manés, promueve la edificación de una capilla en su lugar de nacimiento (1237). Más tarde, en 1266, el rey Alfonso X el Sabio transforma la casa solariega de los Guzmanes en una iglesia monasterio a la que traslada la comunidad de monjas dominicas de San Esteban de Gormaz. En el siglo XVI, por iniciativa y proyecto de los dominicos mexicanos, se sustituye la iglesia original del beato Manés por otra más amplia.

beato Manés

Continuamos viaje a Arauzo de Torre y a Peñalva de Castro.

Junto a esta localidad se encuentra una de las ciudades más importantes de la antigua Hispania romana: Clunia. La ciudad llegó a tener más de 30.000 habitantes; su teatro, excavado en roca, poseía una capacidad para 9.000 espectadores. Prueba de su importancia es que en el año 60 d.C., Servio Sulpicio Galba se proclamó en ella emperador de Roma.

Servio Sulpicio Galba

Hoy Clunia es un importante yacimiento arqueológico visitable. A partir del siglo II DC su importancia comenzó a decaer, y si bien hay vestigios de población continuada a lo largo de los siglos, esta debió de ser en largos periodos muy marginal y residual. Como el enclave era muy importante desde el punto de vista geoestratégico por su posición en el Duero, fue lugar de acampada por los ejércitos islámico sen varias de sus razzias. La expansión cristiana hacia el sue propició la creación de un puesto fortificado en sus estribaciones: en la actual Coruña del Conde, cuyo nombre es una transformación fonética de Clunia.

Después de ver estas impresionantes ruinas romanas nos vamos hacia a Quintanarraya, La historia de Quintanarraya está vinculada a la ciudad romana de Clunia; al parecer su nombre proviene de Quintana Anaya, y ya aparece citada de modo colateral en un documento fechado en 1048 perteneciente al monasterio de Arlanza. Apenas un poblado, en tiempos del Cid Quintanarraya pertenecía a la abadía de San Sebastián de Silos por donación del rey Alfonso VI, realizada en 1073.

Y después a Hinojar del Rey y a Coruña del Conde.

La localidad de Coruña del Conde está ligada en sus inicios a la ciudad romana de Clunia. Durante el siglo VIII sufrió los avatares propios de su ubicación en una zona fronteriza. Despoblada en el siglo VIII, posiblemente fue repoblada a comienzos del siglo X por el conde Gonzalo Fernández debido a su interés geoestratégico. Villa de frontera, pasó a manos musulmanas en varias ocasiones durante el siglo X y vio el paso de los ejércitos califales al menos en dos ocasiones: en 920 (Abderramán III) y 994 (Almanzor). Finalmente quedó bajo dominio cristiano en 1011.

La visita a Coruña del Conde incluye su castillo, principalmente de los siglos XIV-XV aunque su origen se remonta al siglo X, y desde el cual puede verse una extensa panorámica del valle del río Arandilla, cruzado por dos sugestivos puentes romanos de tres ojos que anuncian la proximidad de Clunia, pues eran paso obligado para llegar a la calzada que conducía a esta ciudad romana.

Frente a uno de los puentes romanos se encuentra la antigua puerta de la ciudad, un arco de medio punto de origen medieval en el que pueden verse, como sucede con la ermita románica del Santo Cristo de San Sebastián, estelas romanas.

Y ahora vamos hacia Arandilla, con ermita gótica de San Isidro del Siglo XIII y a Peñaranda de Duero.

Peñaranda de Duero es una población nacida del movimiento repoblatorio durante la Alta Edad Media, perteneciendo primero a Clunia y con posterioridad a San Esteban de Gormaz. Existía en tiempos del Cid un castillo, uno más de los que jalonaban la frontera del Duero, del que ya no queda nada, sustituido por el actual, del siglo XV,  y que da forma a la estampa más conocida de la localidad.

Peñaranda de Duero es Conjunto Histórico Artístico. Las calles y plazas de esta villa amurallada son de evocación renacentista y barroca. La visita bien puede comenzar por su Plaza Mayor soportalada, donde se encuentra la ex-colegiata de Santa Ana (siglos XVI-XVIII) y el Palacio de los Condes de Miranda o de Avellaneda,  la familia que lo construyó en el siglo XVI. Se trata de un buen ejemplo de palacio renacentista, y de hecho posee uno de los artesonados de esta época más valiosos de Castilla y León.

Os aconsejamos que paseéis con calma las calles del pueblo. Como curiosidad, podéis visitar una de las farmacias más antiguas de España (al parecer ya existía en el siglo XVIII). Conocida como La Botica, posee un pequeño museo de la historia de la farmacopea con muchas curiosidades.

Y terminamos nuestro viaje en la provincia de Burgos, visitando la localidad de Brazacorta.

Desde antiguo, sus viñedos producen exquisitos caldos que forman parte de la reconocida denominación de origen de la Ribera del Duero. En los alrededores de la población todavía se pueden observar numerosas bodegas excavadas en la roca donde se almacenaba el vino. 

Durante la Edad Media la población acogió un monasterio de monjas premonstratenses que algunos autores identifican con la actual iglesia de la Asunción. El templo se sitúa en la parte baja de la población y a pesar de la desafortunada actuación de su torre, resulta interesante en su conjunto ya que además conserva elementos románicos en el ábside y fachada. A la entrada de la población, dando la bienvenida al visitante del Camino del Cid, se encuentra la ermita del Cristo del Humilladero, un bonito edificio fabricado en sillar y mampostería con una espadaña simple rematada en forma piramidal.

Hasta aquí hemos recorrido la provincia de Burgos y hacemos un parón en el Camino del Cid.

La próxima aventura, empezamos en la provincia de Soria, justo en la localidad de Alcoba de la Torre.

Como esta aventura es larga, la podemos fraccionar en tres etapas, Burgos, Soria y Guadalajara. Nos vamos parando en los pueblos de más historia y así recrearnos por los lugares donde pasó Mío Cid, con sus huestes, nos lleva más tiempo de lo normal, pero creo que merece la pena.

Muchas gracias amigos, nos vemos pronto en la impresionante provincia de Soria.

Un saludo,

Mi agradecimiento a la página web: Camino del Cid, por su estupenda documentación.


Patxi Amescua

Productor de TV

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