CEPEDA (SALAMANCA), LA SIERRA DE FRANCIA
Nos vamos de viaje por tierras de Castilla. Esta vez nos dirigimos hacia la provincia de Salamanca, concretamente a la Sierra de Francia.
Cepeda (Salamanca) es un hermoso pueblo de la Sierra de Francia, pero que forma parte de ese grupo de municipios no muy conocidos dentro de este paisaje cultural salmantino tan único en Castilla y León.
Se ubica sobre lo alto de una colina, rodeado de paisajes abruptos, de montes surcados por bonitos valles creados por ríos y arroyos que mantienen una variada y abundante vegetación.
Domina las vistas sobre el valle del río Francia, afluente del Alagón, y ofrece buenas vistas sobre su entorno.
Huertos, madroños, robles, castaños, sauces, endrinos, acebos y almeces (zahoces), entre otra abundante vegetación, dan color a ese paisaje durante todo el año, cambiando del verde intenso de la primavera a los colores rojizos y ocres del otoño.
De esta riqueza forestal se obtenía buen carbón vegetal, a partir de los abundantes arbustos y matas de la zona, y a ello debe su nombre este pueblo con encanto.
Tierra de Arrieros
El carbón, junto con el pastoreo, los cultivos propios, el vino, el lino y la cera fueron base principal de la economía local en el pasado, haciendo que arrieros (o trajineros) de muchas partes de la península recorrieran sus caminos para llevar sus productos a hasta otros lugares y, desde ellos, traer otros artículos hasta los pueblos de la sierra.
La arriería, (persona que se dedica al transporte de mercancías por tracción animal). Una profesión vinculada al mundo mudéjar o morisco, sirvió también como fuente de intercambio cultural con otros puntos de la geografía española durante muchísimos años.
Pero los nuevos tiempos acabaron con el antiguo oficio de arriero, provocando su desaparición ya hace unos años.
Sin embargo su añoranza y su legado aun perduran, tanto en Cepeda como en muchos pueblos de la sierra salmantina.
Esa apertura hacia el exterior derivada de los antiguos oficios, y el interés del intercambio socioeconómico y cultural, se mantienen en la actualidad. Confirmando que Cepeda sigue abierto a los forasteros, al mundo.
Cepeda invita a que sus visitantes descubran la rica cultura serrana, su patrimonio rural y su entorno natural, pero con la particularidad de ofrecer más tranquilidad y una imagen propia, muy particular, dentro de los pueblos de Castilla y León.
Os invitamos por ello a conocer «Cepeda (Salamanca), la Sierra de Francia con encanto propio«.
Qué ver en Cepeda
El pueblo hay que recorrerlo sin ir a buscar nada, ofreciéndose así a la sorpresa de ir encontrando esos rincones y espacios de la villa que la hacen tan pintoresca y singular.
No deja indiferente y, al ser un destino en la Sierra de Francia menos conocido, se puede andar por sus calles, callejuelas, pasadizos y plazas en plena tranquilidad.
La primera cosa que llama la atención al visitar Cepeda es la arquitectura local, que en ocasiones es tan tradicional como austera y cambiante.
A diferencia de otros pueblos más conocidos y cercanos, como Miranda del Castañar, que contaron con ricos nobles entre sus habitantes, la arquitectura es más sencilla.
Esto se debe a que Cepeda pertenecía a Miranda y sus habitantes eran parte del servicio del señor feudal de turno. Así que parte del tiempo y los bienes de los «cepeanos» fue a para otros…hasta que en 1640 consiguieron ser Villa independiente.
Pero la esencia de la arquitectura serrana se mantiene, contando con la madera, el adobe y la piedra como elementos constructivos protagonistas e intercalando, detalles y colores en sus fachadas.
No hay ostentosidad, pero sí muchos matices que diferencian unas construcciones de otras.
Muchas de las antiguas viviendas ya están en desuso y, por lo que pudimos contemplar, en ocasiones muy deterioradas.
Se consigue así que su coqueto entramado de callejuelas llame la atención del viajero, gracias a intercalar casas serranas bien conservadas con otras no en tan buen estado que esperan una segunda oportunidad.
Algunas de las construcciones permiten ver la herencia que el paso de musulmanes y judíos dejaron por estas tierras. Si bien el paso del tiempo ha dejado profunda mella en parte de ellas.
Todo lo dicho consigue que el antiguo pueblo de Cepeda sea ahora un mosaico arquitectónico curioso, que mezcla la belleza de la arquitectura tradicional con una inefable belleza de la decadencia surgida por el paso del tiempo.
Como aliciente extra, para llamar la atención de propios y extraños, los cepedanos han encontrado en los rincones más pintorescos del pueblo el marco perfecto para decorar la villa con plantas y antiguos utensilios ya en desuso.
Patrimonio
La Plaza Mayor y el Moral. Plaza típica de los pueblos de la sierra, abierta al tráfico, y con un olmo centenario que es un monumento vivo y símbolo del pueblo.
- La Iglesia de San Bartolomé (s. XVI-XVIII). Situada en la parte alta, manifiesta varios estilos pero destaca el Barroco.
- La Torre de las Campanas (s. XVII). Tiene función religiosa y civil, pero su singularidad radica en estar separada de la iglesia unas decenas de metros y con casas entremedias.
- La Casa de los Judíos. Testigo del paso de los hebreos por la localidad, pero se encuentra en estado ruinoso. Aunque conserva aún su arco gótico del siglo XV.
- La Ermita del Humilladero. Situada a la entrada del pueblo, cuenta con un altar renacentista (siglo XVI).
- La Ermita de San marcos. Situada a las afueras y actualmente en estado ruinoso.
- La Casa de la Inquisición. Construida en piedra, pero no se sabe exactamente cuándo. Solo que estuvo habitada por miembros de la obra religiosa allá por el siglo XVII.
- Hospital de Peregrinos (s. XVI).
- La Casa del Solano (s. XVII).
- Mirador de la Corona. A las afueras del pueblo, ofrece estupendas vistas sobre el pueblo.
- Parque del Concejo. Un espacio creado por los vecinos del pueblo, a modo de cuidado jardín, con plantas y detalles tradicionales, en el que se promueve el lema de la antigua casa sobre el que se asienta. Busca ser un lugar de encuentro entre los vecinos para tratar los asuntos del pueblo.
La Sierra de Francia se encuentra al sur de la provincia de Salamanca, en el límite con Cáceres, y hay varias posibles rutas por carretera para llegar. Todo depende del punto de partida.
Dónde comer y tomar algo
Cepeda cuenta con varios bares y restaurantes, por lo que es perfecto para degustar los típicos productos gastronómicos de la comarca (cochinillo cuchifrito, hornazo y embutidos).
En la carretera SA-225, a su paso por el pueblo, hay algunos restaurantes.
Bares en los que tomar algo encontraremos a la entrada a la vieja villa, en la avenida de los Reyes Católicos, y en la propia Plaza Mayor.
Y si se quiere comprar repostería típica, como las populares perrunillas, miel u otros productos tradicionales, en la calle Eloy Buyon hay posibilidad. Junto al ayuntamiento.
Pero vamos, que no hay que buscar mucho. El pueblo se recorre fácilmente y es imposible no encontrarse con todos los establecimientos de hostelería y alimentación existentes.
Dónde dormir
En Cepeda las opciones de alojamiento, como en otros muchos pueblos de la Sierra, pasan por las Casas Rurales. El pueblo cuenta con varias.
Dónde aparcar
Cepeda no tiene problema de aparcamiento, se puede estacionar incluso en la Plaza Mayor.
Si bien siempre recomendamos dejar los coches fuera del centro, para fomentar el caminar y liberar los pueblos de coches.
Estamos hablando de la Sierra de Francia, así que tenemos muchos pueblos cerca de Cepeda que también merecen una visita. Empezando por Miranda del Castañar o Mogarráz, entre los más cercanos.
Pero como ruta recomendada invitamos echar un vistazo a nuestro artículo «Una Buena Ruta por el Sur de Salamanca y el Norte de Cáceres«.
El nombre de Cepeda procede de la abundancia de matas y arbustos cuyos troncos se utilizaban para fabricar carbón vegetal.
De su pasado histórico nos hablan los restos de la Edad de Bronce en el Cancho la Herradura, los restos del castro prerromano sobre el que se asienta el pueblo. Y los restos romanos en los Parajes de Perales y el Espolón. De la época visigoda nos dan fe trozos de pizarras y restos de cerámica.
Los musulmanes dejaron su influencia en la indumentaria, en la arquitectura y en las leyendas. De los judíos se conservan los dinteles, testigos de su conversión como la Casa de los Judíos. El poblamiento definitivo de Cepeda se debe al rey Alfonso VI con la llegada, sobre todo, de familias de origen francés y gascón.
Espero que os haya gustado esta excursión. Paisajes, pequeñas carreteras, sus gentes, buena comida. Todo lo necesario para hacer una escapada muy interesante.
Entrad en esta página, veréis que interesante
Un saludo amigos,