Cueva Ermita de San Bernabé – Monumento Natural de Ojo Guareña

Uno de esos sitios que no te debes perder en un viaje por la comarca de las Merindades al norte de Burgos es la Cueva Ermita de San Bernabé, situada en la entrada principal del complejo kárstico del Monumento Natural de Ojo Guareña, una ermita que previamente estuvo dedicada a San Tirso y más tarde San Bernabé con dos fechas de construcción en la que no se ponen de acuerdo los historiadores, situada en el municipio de Cueva de Sotoscueva, muy cerca de Puentede

Puentede

 y Espinosa de los Monteros.

El Monumento Natural de Ojo Guareña es un complejo kárstico de gran importancia internacional y el más grande de España, alberga 110 kilómetros de galerías interconectadas entre sí y 14 cavidades principales, un lugar de gran interés espeleológico y científico del que aún quedan galerías por explorar y descubrir ya que algunas permanecen anegadas por el río Guareña, que desaparece entre las rocas en las inmediaciones de la Ermita de San Bernabé, en un lugar denominado Sumidero del río Guareña.

En el interior de sus cuevas se han descubiertos cerca de 70 yacimientos arqueológicos, los más antiguos datan del Paleolítico Inferior, también en este complejo kárstico se ha encontrado una gran cantidad de fauna subterránea en la que se han descubierto nuevas especies.

La Ermita de San Bernabé se sitúa en la entrada del complejo kárstico de Ojo Guareña, la ermita en sí es una de las 14 cuevas que forman parte de este complejo kárstico, la cueva está cerrada con sillares de piedra con varias entradas y una espadaña donde se sitúan las campanas, se desconoce su fecha de construcción, lo más probable es que se construyese entre los siglos VIII y IX pero hay historiadores que la sitúan en el siglo XIII, lo que sí que es seguro es que esta ermita se dedicó a San Tirso y ya en el siglo XVIII albergó las dos advocaciones, la de San Bernabé.

La bóveda natural de la Ermita de San Bernabé se encuentra cubierta por pinturas realizadas en los siglos IX y XVIII, estas, cuentan los martirios que sufrió San Tirso y los milagros que realizó, están muy bien restauradas y cuidadas, puedes pasarte media hora observando cada detalle de las pinturas durante tu visita, en el altar de la ermita hay una talla de San Tirso que data del siglo XIII, también hay un altar donde se dejan ofrendas, gente ha pasado una mala racha, estudios, operaciones, etc.

El sábado siguiente al 11 de junio se celebra la romería de San Bernabé ya que a San Tirso el 24 de enero en pleno invierno burgalés no se le puede celebrar una romería, esta romería de San Bernabé fue declarada de Interés Turístico de Castilla y León en el año 2000, las puertas de la ermita se abren al público y se celebra una misa mayor al aire libre.

Para visitar la Ermita de San Bernabé hay dos opciones, comprar la entrada de la visita a Cueva Palomera que incluye un recorrido de 400 metros por la cueva hasta terminar en la ermita de San Bernabé de unos 45 minutos y visitar simplemente la ermita con una guía explicativa, las entradas se pueden comprar aquí.

Romería

Las cuevas son muy misteriosas y cuando entramos en
ellas ejercen un poder de atracción y cierto temor.
El Complejo Kárstico de Ojo Guareña, en particular
la Cueva de San Tirso y San Bernabé, es un escenario
excepcional para dejar volar la imaginación.

Cuenta la leyenda que un día cualquiera llegó al pueblecito de Cueva un hombre alto, guapo, de finos modales, pero pobremente vestido. Era un mendigo que pedía
limosna de puerta en puerta. Las mujeres, entre curiosas e intrigadas, le preguntaban ¿de dónde eres, buen
hombre? y él amablemente contestaba: “Soy Bernabé y
vengo de muy, muy lejos”. Durante tres días vivió pidiendo
por los pueblos cercanos. Al caer la tarde tenía por costumbre subir a la Cueva del Moro y allí permanecía mirando…
Pasado ese tiempo de pronto desapareció, nadie supo más de él.
Ocurrió que un año después, en la entrada de la Cueva del Moro, un hombre
misterioso, como una visión, se apareció a un pastorcillo, y le dijo: “No temas, niño;
me llamó Bernabé y vengo de tierras lejanas. Quiero que las gentes sencillas de
estas montañas me veneren en este lugar” y dicho esto desapareció. Sí, era San
Bernabé el mismo mendigo que pedía limosna tiempo atrás.
Desde entonces la cueva lleva su nombre y cumpliendo sus deseos en una de
sus entradas se erigió la ermita en honor a San Tirso y a San Bernabé, santos muy
venerados porque hicieron muchos milagros.

Otra leyenda cuenta que en tiempos muy remotos la cueva
era la oscura y triste morada de un hombre de larga
barba llamado LAN. Pasaba sus días y sus noches
acompañado de una osa y dos animales monstruosos.
La imaginación popular
decía que el venerable anciano era un druida que
custodiaba la fuente de la
sabiduría, también las aguas
milagrosas y curativas que manan de la cueva.

LA LEYENDA DEL REY GODO Y LA PASTORA
Dice la leyenda que un día entró a la cueva del Río
Escondido o de San Bernabé un rey godo siguiendo a una
hermosa pastora. Como tardaban en salir, alarmado, fue
a buscarles el físico del rey. Cuentan las gentes del lugar
que durante días se oyeron los ecos de lastimeros quejidos y gritos desgarradores… La verdad es que de la cueva jamás salieron ni la doncella, ni el rey, ni el físico.
¡Y SE ENCUENTRA UN ESQUELETO!
La ciencia hizo que las investigaciones del Grupo Espeleológico Edelweiss
encontrara en la zona laberíntica de la Vía Seca un esqueleto de un hombre que
se perdió. Junto a sus huesos aparecieron una fíbula y un cinturón de bronce y su
cinta (mediados s. VI d.C.). También se halló una represa artificial, hecha con barro
y fragmentos de estalactitas rotas, que hizo para recoger el agua que goteaba de ellas.

LEYENDA DE LOS MOROS EN LA CUEVA
Cuenta la leyenda que la cueva de San Bernabé fue
refugio de los moros cuando estuvieron durante un año
acampados en Sotoscueva. A veces, se introducían por las
intrincadas galerías de la caverna y llegaban al río Guareña para recoger pepitas de oro.

Las Merindades es un lugar precioso en el norte de Castilla, que no tenéis que dejar de ver, os lo recomiendo. Bien provisto de casas rurales y de buena comida castellana.

Hasta luego amigos, animaros, un abrazo,


Patxi Amescua

Productor de TV

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