En un lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme…

El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho.

Don Quijote de la Mancha – Alonso Quijada de Salazar

Don Quijote y Sancho

Esta aventura se la quiero dedicar a mi gran amiga Cecilia, buena manchega y excelente persona.

Hace tiempo que tenía ganas de hacer algún tramo de la ruta del ingenioso hidalgo y ahora que estoy en casa sin poder salir debido al maldito virus, me pongo a preparar un pequeño viaje para disfrutar de algunos lugares del recorrido. Como veréis solo es una parte, pero bueno aunque sea poco lo vamos a disfrutar, porque la verdad los lugares donde vamos a pasar son una maravilla, de gentes y cultura, teniendo en cuenta que dentro de esa cultura está el buen yantar y el buen beber , que en estas tierras es de buena condición. Aprovechando que este año se cumplen 404 años del fallecimiento de uno de los grandes genios de la literatura universal, Miguel de Cervantes Saavedra. Queremos reproducir el mismo itinerario que recorrieron don Quijote y Sancho Panza, por esta parte de España.

  1. Puerto Lápice

Todo lo que envuelve a Puerto Lápice evoca a  Don Quijote de La Mancha. «Y, hablando en la pasada aventura, siguieron camino del Puerto Lápice, porque allí decía Don Quijote que no era posible dejar de hallarse muchas y diversas aventuras, por ser lugar muy pasajero».

En Puerto Lápice destaca la arquitectura tradicional: casas encaladas, soportales y columnas y balcones de madera. 

Se cree que Puerto Lápice fue fundado en tiempos antiguos por los romanos, y hay constancia del llamado castillo del Foso donde se alojó el emperador Trajano durante un viaje a la zona. 

Trajano

Emperador romano que gobernó desde el año 98 hasta su muerte en 117, siendo el primero de origen hispánico

Hay memoria escrita de que hubo murallas romanas de una antigua fortaleza. Por esta población, pasaría el camino romano que unía las importantes poblaciones de Amensarca, Alava, Bastia y Consabrum (actual Consuegra), enlazando esta última con la calzada de Laminio a Toletum, marcada en el Itinerario Antonino (Itinerario de Antonino Augusto Caracalla es un documento de la Roma antigua, que se supone redactado en el siglo III, en el que aparecen recopiladas las rutas del Imperio romano).

En la Edad Media, formaba parte del alfoz de Consuegra, nombre empleado durante la Edad Media en la península ibérica en Castilla, León y Portugal para referirse al término rural geográfico que pertenece al concejo de la villa correspondiente. El término se registra por primera vez en el siglo X en un documento cedido este por el rey Alfonso VIII a la Orden de San Juan de Jerusalén, que repobló el lugar.

En el siglo XVI solo constaba de algunas posadas y ventas para hospedaje de los caminantes, sobre todo de los mercaderes de seda que se dirigían a Murcia.

En el año 1774 el rey Carlos III dio parroquia y juzgado a la villa. ​ En esta época existían al menos cuatro ventas testimonio de la importancia que siempre tuvo Puerto Lápice en la ruta Madrid-Andalucía. ​ Alrededor de esta vía surgieron, posteriormente, multitud de viviendas, configurando la primigenia estructura de esta localidad, las crónicas dan fe de la existencia de al menos 40 casas con 33 matrimonios, además de solteros y viudas, y una ermita dedicada a la Virgen de la Contemplación.

Ser paso natural (de ahí que anteriormente hubiera ventas, tal como se ha dicho) fue causa de que las tropas napoleónicas causaron daños en muchas edificaciones en su camino invasor hacia el sur en el año 1812. Acabada esta guerra, la villa tuvo un fuerte crecimiento a finales del siglo XIX.

Miguel de Cervantes escribió que Puerto Lápice fue testigo de numerosas y diversas aventuras de don Quijote. Tiene sentido. Este pequeño pueblo era muy conocido y transitado entre caminantes y mercaderes. En el siglo XVI, solo contaba con algunas posadas y ventas y era lugar de descanso para las diligencias y carruajes. En la actualidad es la Venta don Quijote la que atrae a viajeros de todo el mundo. Entre sus recetas estrella; el pisto, las migas o la carne mechada. Antes puedes visitar la preciosa plaza porticada y la noria típica manchega.

2. Argamasilla de Alba

Para muchos es el lugar de la Mancha de cuyo nombre no quería acordarse el protagonista de El Quijote y, por tanto, el punto de partida de la ruta literaria. presume de esto y de que Cervantes comenzara a escribir su obra magna mientras estaba preso en la cueva de Medrano en Argamasilla. La cueva, declarada Monumento de interés Histórico-Artístico está conservada (casi) intacta y puede visitarse. Más allá de la influencia cervantina, en Argamasilla de Alba hay que ver el Castillo de Peñarroya, antigua fortaleza del siglo XIII que resistió los envites musulmanes. La iglesia columnaria de San Juan Bautista, data del siglo XVI, de estilo renacentista y la ermita de San Antón.

La localidad destaca, además, por su entorno natural: es paso del río Guadiana y se integra en el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera.

3. Campo de Criptana

El enfrentamiento entre don Quijote y  los “gigantes” es uno de los episodios más conocidos de la literatura y los molinos de viento son la imagen de Criptana.  Situados en plena Sierra de los Molinos, hoy en día se conservan 10 de los 32 molinos originales.

Molinos

Algunos pueden visitarse para observar de cerca el engranaje que permitía moler el trigo. El primer domingo de cada mes sus aspas giran en un espectáculo único para los viajeros. Si tras hacer la ruta de los molinos las fuerzas no flaquean se pueden visitar las casas-cuevas típicas de Campo de Criptana.

Por los restos arqueológicos encontrados se puede afirmar que el término municipal de Campo de Criptana ha sido un área habitada desde el neolítico. Una vez iniciada la época de los metales, los asentamientos quedaron dentro del área de la cultura del vaso campaniforme, (período inicial de la Edad del Bronce en Europa Occidental), y posteriormente en la denominada cultura de Cogotas I,( Bronce Final (Cogotas I) y otro del comienzo de la segunda Edad del Hierro (Cogotas II). Ya dentro de la Edad del Hierro, formaron parte del extremo sureste del territorio de los carpetanos. Habitada por los Vetones.

Iniciada la época histórica, se puede considerar que la primera reseña de sus poblaciones fueron las menciones que el historiador romano Tito Livio hizo de Alce y Cértima durante su relato de la conquista romana de Hispania. 

Tito Livio

Tras la caída del Imperio Romano, el término municipal inicialmente formó parte del efímero reino alano para pasar después al dominio visigodo. 

Durante el proceso de reconquista —iniciado en la región por Alfonso VI con la toma de la antigua capital visigoda— las poblaciones pasaron de manos musulmanas a cristianas y viceversa en varias ocasiones no quedando consolidada la pertenencia al territorio castellano hasta la victoria cristiana en Las Navas de Tolosa.

Alfonso VIII

El término municipal quedó integrado en el Reino de Toledo y al poco pasaría a formar parte de los territorios pertenecientes a la Orden de Santiago que, durante las siguientes décadas, fue otorgando Cartas Puebla, fueros y privilegios para fomentar la repoblación de los varios núcleos habitados dentro del término, entre las cuales se incluía uno denominado «El Campo» —surgido alrededor del 1300— que sería el que más prosperaría para acabar absorbiendo a los habitantes de los restantes y cambiar su denominación a Campo de Criptana.

El área de Campo de Criptana fue escenario de la actuación de las guerrillas durante la guerra de la Independencia y se dieron varios combates en la villa entre fuerzas españolas y napoleónicas. Tras la muerte de Fernando VII, también la primera guerra carlista tuvo que sufrirse en la comarca y el municipio fue objeto de ataques a manos de los combatientes anti–isabelinos.

 4. Toboso

Habiendo andado como doscientos pasos, vio una gran torre, y luego conoció que el tal edificio no era el alcázar, sino la iglesia principal del pueblo. Con la Iglesia hemos dado amigo Sancho” así lo describió Cervantes y así descubren el Toboso los viajeros que emulan la ruta de El Quijote. Toboso debe su fama a su gran iglesia, el silencio de sus calles y, sobre todo, a Dulcinea el amor de don Quijote. 

Los orígenes de este municipio se remontan a la prehistoria, como demuestran los hallazgos arqueológicos encontrados. También existen vestigios de la época celtibérica. No existen evidencias que demuestren la existencia de un poblamiento romano, visigodo o musulmán.

El nombre del municipio aparece nombrado en documentos de 1338 y en 1353 forma parte del común de La Mancha. En 1390, Vasco Rodríguez concede a la villa un mercado franco y nombra entre sus vecinos al juez y alcalde. En 1468, El Toboso aparece en los censos de la Orden de Santiago.

Cruz de la Orden de Santiago

La Orden de Santiago, junto con las de Calatrava, Alcántara y Montesa, fue instaurada como una asociación civil en el reinado de Juan Carlos I con el carácter de organización nobiliaria honorífica y religiosa, y como tal permanece desde finales del siglo XX. y en 1480 el maestre de la Orden, Alonso de Cárdenas, al confirmar sus privilegios, le concede el título de villa. El siglo XVI es la época de mayor pujanza de la villa y de mayor repoblación.

El viajero puede visitar la Casa-Museo de Dulcinea que todavía mantiene el lagar, la almazara y el palomar característicos de la época. Para descansar y coger fuerzas nada mejor que recalar en La Casa de La Torre y probar su rica comida manchega.

En el siglo XIX, el toboseño Pablo Muñoz de la Morena fue uno de los héroes de la Guerra de la Independencia.

La Cruz de distinción de Mengíbar, condecoración militar instituida por Real Orden de Fernando VII el 18 de abril de 1816, que recibió el teniente Pablo Muñoz.

5. Ruidera y la Cueva de Montesinos

Son dos lugares de la ruta de El Quijote que aprecian especialmente los amantes de la obra cervantina. A medio camino entre Ciudad Real y Albacete, en el término municipal de Ossa de Montiel encontramos las lagunas de Ruidera. El propio Cervantes dijo que parecían fruto de la magia de Merlín, y no es para menos. Se trata de uno de los parajes naturales más sorprendentes de España cuyo paisaje lo conforman quince lagunas que se rebosan e inundan unas a otras formando cascadas y saltos. El entorno cuenta con cipreses, sotos, encinares y aves veloces que prueban la riqueza natural de Ruidera.

Lagunas de Ruidera

En la cueva de Montesinos. A 80 metros de profundidad, en las afueras del término municipal de Ossa de Montiel (Albacete), se encuentra uno de los lugares más míticos en la ruta cervantina de Castilla-La Mancha, aquel en el que su personaje Don Quijote sufría el encantamiento más intenso y famoso de la literatura universal.

Todas las leyendas populares que giran en torno a este emplazamiento tienen su inicio en el capítulo XII de la segunda parte de El Quijote. En el libro, el valeroso y loco caballero llega a la cueva acompañado de su escudero Sancho Panza y de un guía, procedentes de las Bodas de Camacho. Se introduce en la misma no sin esfuerzo y ávido en su afán de aventuras:

“Y en diciendo esto se acercó a la sima, vio no ser posible descolgarse ni hacer lugar a la entrada, si no era a fuerza de brazos o a cuchilladas, y, así, poniendo mano a la espada comenzó a derribar y a cortar de aquellas malezas que a la boca de la cueva estaban, por cuyo ruido y estruendo salieron por ella una infinidad de grandísimos cuervos y grajos, tan espesos y con tanta priesa, que dieron con don Quijote en el suelo; y si él fuera tan agorero como católico cristiano, lo tuviera a mala señal y escusara de encerrarse en lugar semejante”.

Don Quijote vive una de sus aventuras más misteriosas adentrándose con antorcha y espada, y quedándose profundamente dormido en su interior. Además, la cueva posee historia, en ella se han encontrado huellas del Paleolítico Inferior, monedas romanas o el rastro de los arrieros que se refugiaban en ella.

Sin presagios que valgan, Don Quijote penetra en la cueva mediante una soga y vive uno de los encantamientos más bellos de la historia de la literatura universal. Posteriormente narra a Sancho y al guía lo visto allí abajo tras caer en un profundo sueño: vistas de prados, un hermoso castillo de paredes transparentes y Montesinos en persona, quien le guía hasta una sala de alabastro y al sepulcro con el cuerpo de Durandarte. Le explica que ambos, junto con su escudero, Guadiana, y la dama Ruidera y sus hijas, se encuentran allí encantados por obra del mago Merlín. El caballero conoce allí la historia del encantamiento.

Cervantes introduce el motivo de las aves y su sentido moral, el burlesco de la poesía del antiguo romancero carolingio e igualmente crea una de las más bonitas leyendas de la obra. Toda la historia transcurre en los capítulos XXII al XIV de la segunda parte del Quijote, que tratan de las “admirables cosas” que el valeroso caballero contó que había visto en su gran aventura en las profundidades de la gruta.

La cueva de Montesinos

A contuación os pongo un capítulo de El Quijote, digno de leer.

CAPÍTULO XLIII
De los consejos segundos que dio don Quijote
a Sancho Panza

Una vez hecho este pequeño recorrido por estas tierras entrañables, quisiera acercarme a ver a unos amigos a Consuegra, que también tiene su historia.

Sobre el monte Calderico se asentaron en el siglo VI a. C. los primeros pueblos carpetanos, dada su importancia estratégica para la trashumancia.

Con las guerras púnicas se produce la conquista y asentamiento de una ciudad romana (la antigua Consaburum nombrada por Plinio).

Plinio el Viejo

A los pies del Cerro Calderico, al ser abandonado el poblado situado sobre éste. Consuegra alcanzó un gran desarrollo, siendo la principal ciudad de la Carpetania, un punto clave en los caminos hacia el norte y el sur. Se construyeron puentes, vías, una presa, un acueducto y un circo. Consuegra es citada por autores clásicos como Tito Livio o Ptolomeo. Por ella discurría la calzada romana llamada «Vía Laminium».

La mayoría de la población hispana y goda permaneció con la llegada de los árabes. El castillo se remonta a esta época.

Castillo de Consuegra

En el año 1085 cae Toledo ante Alfonso VI.

Alfonso VI de León

Parece que Consuegra había pasado a manos de Castilla en 1083. En el año 1097 moría en la batalla de Consuegra el hijo de El Cid Campeador, Diego.

La batalla de Consuegra tuvo lugar el 15 de agosto de 1097. 

En esta batalla, los ejércitos de Castilla mandados por el rey Alfonso VI, fueron vencidos por los almorávides al mando de Yusuf ibn Tasufin, cambiando de nuevo de manos. Fue reconquistada posteriormente por los cristianos.

Yusuf ibn Tasufin

En 1150 Alfonso VII entregó a su vasallo Rodrigo Rodríguez el castillo. En 1183 la población, junto a su alfoz, fue donada por Alfonso VIII, con la aprobación del papa Lucio III. 

Papa Lucio III

A la Soberana Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén (Orden de Malta),

Orden de Malta

que nombró a Consuegra cabeza del Gran Priorato de Castilla y León, en La Mancha, tomando el castillo como sede, y otorgándola el Fuero de Consuegra, copia del de Cuenca. Destacó en esta época bajo su tutela la defensa tras la batalla de Alarcos en 1195. Con la Batalla de las Navas de Tolosa, en 1212, se estabilizó finalmente la zona.

Durante la Guerra de las Comunidades Consuegra, se mantuvo fiel al rey Carlos I, quien le concedió el título de Muy Leal. Durante este enfrentamiento, las tropas mandadas por el Gran Prior derrotaron a los comuneros en Mora, quienes se habían refugiado en la Iglesia Parroquial provistos de gran cantidad de pólvora, la cual estalló como consecuencia del fuego de la batalla, pereciendo así los refugiados.

Fue residencia del Gran prior D. Juan José de Austria, hijo natural de Felipe IV y hermano de Carlos II, que reformó el Palacio, y consolidó las obras del Castillo. El bastardo que quiso reinar en España.

Juan José de Austria

Durante la Guerra de la Independencia, el 22 de septiembre de 1809, tuvo lugar la Batalla de Consuegra, contra el ejército francés, en las que fueron derrotadas las tropas del Duque de Alburquerque, siendo ocupada la población por los franceses, que destruyeron la iglesia parroquial de Santa María la Mayor (siglo XII), y fue quemado gran parte del archivo de la Orden de San Juan, que se encontraba en la nave del Castillo. Posteriormente, fue liberada por las tropas españolas al mando del general Elío.

General Francisco Javier de Elío
Molinos de Consuegra y castillo.

Terminado nuestro andar por esta tierra con mucha historia, nos encaminamos como última etapa, antes de dirigirnos a Madrid a Calzada de Calatrava. En esta localidad es donde nació mi amiga Cecilia y si se entera de que estamos por estos lugares, como buena manchega me echa un buen rapapolvos y la verdad no quiero que se enfade conmigo, pues además de ser una bella persona, es una cocinera de primer orden. Y como diría el bueno de Sancho Panza » El consejo de una mujer es muy poco y el que no le toma es loco»

Así que me dispongo a enseñaros a vuesas mercedes la localidad de Calzada de Calatrava, que a fe mía debe ser interesante.

El Sacro Convento de Calatrava la Nueva y el Castillo de Salvatierra había población y para su defensa tenía dos castillos, por lo tanto, se puede asegurar que se fundó en las primeras décadas del siglo XIII, con lo cual, Calzada de Calatrava creció a la sombra y amparo como soporte logístico del Castillo de Calatrava la Nueva y de la Orden de Calatrava con sus caballeros, frailes y soldados. La Orden de Calatrava vigiló y mandó en toda esta zona hasta el tiempo de los Reyes Católicos.

Las tierras siguieron siendo de su propiedad así como muchísimas prebendas, no obstante se conservan numerosos yacimientos arqueológicos que constatan la presencia humana en esta zona ya desde el Paleolítico Inferior. Pese a que no se han realizado excavaciones científicas, en diversas prospecciones de superficie se han hallado algunos núcleos poliédricos en el paraje conocido como El Álamo, así como también se han documentado raedera y lascas en lo que se conoce como Casa Calle, situados al norte y noreste respectivamente.

El Álamo, situado en un paraje elevado cerca del arroyo de la Vega de Castellanos, antes de llegar al molino de la Parra sobre el río Jabalón, es el yacimiento más importante que abarca desde el Neolítico a la Edad del Bronce. En él se encuentran ciertos paralelismos con algunos yacimientos cercanos en Aldea del Rey, en el que sobresalen, entre otros materiales, hachas pulimentadas y piedras de molino.

También pertenecen a este período los restos encontrados en la zona de los Güedos (piedra pulimentada), así como los hallados en El Prado (al norte), Pozo Felipe (al este), y el hacha neolítica encontrada en Cabeza del Encinar (al sur).

Durante la Primera Guerra Carlista, la expedición carlista al mando de Basilio García, que había salido de Navarra el 29 de diciembre de 1837 asolando tierras de ambas Castillas, se presentó el 25 de febrero de 1838 en Calzada al frente de unos 5.000 hombres. Los defensores liberales, tanto de Calzada como de localidades limítrofes que habían buscado aquí refugio, se encerraron en la Iglesia Parroquial Santa María Nuestra Señora del Valle, a extramuros de la villa con sus mujeres y niños. Los carlistas con su artillería derribaron las puertas, introdujeron haces de leña y otras maderas a las que prendieron fuego. Los encerrados no aceptaron rendirse y la bóveda acabó derrumbándose, produciendo este hecho la muerte a 110 hombres, 25 mujeres y 29 niños. El solar de la iglesia fue empleado posteriormente como cementerio, luego como cuartel de la Guardia Civil y en la actualidad es un parque donde aún se pueden observar algunos bloques de piedra de la antigua iglesia.​

Partida carlista

El 22 de enero de 1895 la reina regente María Cristina de Habsburgo en nombre de su hijo, el rey D. Alfonso XIII, concede el título de ciudad a la hasta entonces villa de La Calzada.

El Castillo de Salvatierra y el Sacro-Convento de Calatrava – La Nueva, constituyen el referente visual y paisajístico más importante, es su telón de fondo, pues es lo primero que ven al amanecer y lo último que contemplan hasta que anochece.

Y una vez visita esta población con historia muy interesante nos disponemos a emprender el camino a casa, no sin antes de comprar un bidón de este magnífico aceite, con olor y sabor, que se dá por estas tierras.

Un saludo amigos,


Patxi Amescua

Productor de TV

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