Historia y curiosidades
Según la Real Academia de la Lengua Española, la palabra “español” procede del provenzal “espaignol” y esta del latín medieval “hispaniolus” que significa “de Hispania”, que así es como llamaban los romanos a España.
Emperadores, aurigas y una escritora. Desde los célebres Trajano, Adriano y Teodosio, hasta el filósofo Séneca, ocuparon altos cargos de la República y del Imperio romano a lo largo de su existencia.
Marco Ulpio Trajano Publio Elio Adriano Teodosio I el Grande
El historiador Pompeyo Trogo dotaba a los hispanos de ciertas particularidades en comparación con los romanos de la Península Itálica. Según él, destacaban por su dureza y resistencia.
«Muchos de ellos conformaron un primer Siglo de Oro no de España, sino de Roma.
Lucio Cornelio Balbo es fundamental y de los más desconocidos». No solo fue el primer no nacido en Italia en ser nombrado cónsul en el año 40 a.C., sino que además se codeó con las grandes élites romanas.
Se hizo amigo íntimo de Julio César y estuvo presente en una de las anécdotas más conocidas del dictador.
Por invitación de Balbo, César acudió al templo gaditano de Hércules, su hogar. «Al contemplar una estatua de Alejandro Magno se echó a llorar, como avergonzado de su inactividad pues no había hecho todavía nada digno de memoria en una edad en la que ya Alejandro había conquistado el orbe de la tierra», cuenta el historiador Suetonio.
Julio César ante la estatua de Alejandro Magno en el Templo de Hércules.
Adriano quien, antes de ser proclamado emperador, sufrió la burla de los senadores nativos de Italia. El primer día que el princeps alzó la voz en el Senado, se rieron de él por su acento. Este acontecimiento refleja, una vez más, las particularidades de los hispanos en el Imperio.
Otro relevante personaje peninsular llevaba el nombre de Marco Cornelio Nigrino Curiacio Materno,
«uno de los mejores soldados de la historia del Imperio romano». Legio IX, nació en la actual Liria (Valencia) en el año 40 d.C. Fue un político y militar y candidato al trono imperial que ocupó numerosos cargos como el de estatúder de Galia Aquitania, cónsul o senador.
Cneo Papirio Eliano, un granadino que tuvo el honor de ser el primer gobernador de Britania.
Viajó por todo el Imperio romano durante su carrera política y militar. «Fue cuestor en Acaya, en Grecia, al otro lado del mundo, posiblemente antes de cumplir los 25 años. Después fue pretor y tribuno de la plebe. Combatió en Panonia y gobernó la Dacia Superio».
No todos ejercieron como soldados o políticos. Marco Valerio Marcial impresionó a toda Roma con su poesía
y Cayo Apuleyo Diocles lo hizo como auriga. El mejor piloto de carreras del mundo. Comenzó a correr a los 18 años y se retiró a los 42, participando en 4.257 carreras y obteniendo 1.462 victorias.
La más desconocida es sin duda Egeria, de quien ni siquiera recordamos su verdadero nombre.
Corría el año 1884 cuando un erudito descubrió un códice medieval que incluía varias obras, entre ellas una que llevaba por título, en latín, Itinerarium ad Loca Sancta (Itinerario a Tierra Santa). Lo más sorprendente de todo era su autoría: una mujer, Egeria, natural de la provincia romana de Gallaecia. Redactado a finales del siglo IV, es el relato de viajes más antiguo que ha surgido de la Península Ibérica.
El historiador Pompeyo Trogo dotaba a los hispanos de ciertas particularidades en comparación con los romanos de la Península Itálica. Según él, destacaban por su dureza y resistencia. A lo largo de la historia, numerosos hispanos destacaron en la historia militar, política y cultural de Roma. Adriano o Trajano son los más conocidos, pero hubo muchos más que a menudo se olvidan.
Por ello, la figura de estos hispanos que apenas tienen presencia en las aulas ni en las instituciones españolas. «Muchos de ellos conformaron un primer Siglo de Oro no de España, sino de Roma. Eran romanos de aquí.
Es el caso del filósofo Séneca, u Osio de Córdoba, consejero de Constantino I el Grande. En definitiva, Hispania fue tan romana como Italia, aunque a veces parezca que la memoria histórica de la antigua civilización está condenada al ostracismo.
Osio de Córdoba Seneca
Adquirió gran importancia con la expansión de Roma, y fue lengua oficial del Imperio romano en gran parte de Europa, África septentrional y Oriente Próximo, junto con el griego.
Como las demás lenguas indoeuropeas Ahora bien, remontémonos a los orígenes de nuestro idioma. Al igual que el portugués, provenzal, francés, italiano y retorromano, el español proviene del latín, ya que, la mayor parte de la Península Ibérica fue conquistada por Roma y formaba parte de su imperio, como muchos otros territorios europeos. Tras la caída del imperio romano, en el siglo V, la influencia del latín culto fue disminuyendo poco a poco entre la gente, pues además ya se hablaba un latín vulgar, es decir, diferente en fonética, sintaxis y léxico. En este contexto donde surgen las deformaciones del latín, nace el “romance castellano”, típico de la región que dio origen al Reino de Castilla y que se expandió por toda la península durante la Edad Media.
El alfabeto latino, derivado del alfabeto griego (en sí derivado del alfabeto fenicio), es ampliamente el alfabeto más usado del mundo con diversas variantes de unas lenguas a otras. El estudio del latín, junto con el del griego clásico, es parte de los llamados estudios clásicos, y aproximadamente hasta los años 1970 fue estudio casi imprescindible en las humanidades. Hasta el día de hoy, en países como Alemania, en los Gymnasien se enseña latín o griego junto a lenguas modernas.
Pero la creación de un idioma español estándar, basado en el dialecto castellano, comenzó en el año 1200 con el rey Alfonso X.
Él y su corte de eruditos adoptaron la ciudad de Toledo como la base de sus actividades. Ahí, se escribieron obras originales en castellano y tradujeron historias, crónicas y obras científicas, jurídicas y literarias de otros idiomas (principalmente de latín, griego). Este esfuerzo histórico de traducción fue un vehículo importantísimo para la diseminación del conocimiento en la Europa occidental antigua. Alfonso X también adoptó el castellano para el trabajo administrativo y todos los documentos y decretos oficiales. Durante el reinado de los monarcas católicos Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, el dialecto castellano de España ganó amplia aceptación tras completar la Reconquista de España en 1492, donde hicieron del castellano el idioma oficial en su reino.
En ese mismo año, apareció un libro muy importante: “Grammatica” de Antonio de Nebrija,
ya que fue el primer tratado para estudiar e intentar definir la gramática de un idioma europeo.
Espero que os haya gustado esta curiosidad que he puesto. España tiene una cultura difícil de igualar en el mundo, es necesario que sepamos que todos los pueblos que nos invadieron, no solo dejaron muerte y destrucción, también nos dejaron su sabiduría y conocimientos.
Bueno unos mas que otros, pero en fin necesitamos saber la historia para encontrar nuestras raices.
Un saludo amigos,