Misterios y leyendas del Camino de Santiago (Puente la Reina) «Donde todos los caminos se hacen uno»

De nuevo tomamos el Camino de Santiago y nos acercamos a Puente la Reina. Apenas vemos las primeras casas, la carretera marcha paralela a la ruta primitiva y vemos a la izquierda una construcción religiosa, es la iglesia del Crucifijo y su estructura primitiva la levantaron los caballeros templarios a quienes el rey García Ramírez había entregado esos terrenos en el año 1146.

Primero vamos a contar en que villa estamos y un poco de su historia, para más tarde meternos de lleno en sus monumentos y su arte, así como en la magia de sus muros e imágenes.

Puente la Reina, «cruce de caminos», villa medieval en la que se funden las dos vías principales del Camino de Santiago, es una de los enclaves de mayor sentido compostelano situados en Navarra.

El continuo trasiego de peregrinos, las conchas y báculos forman parte del paisaje urbano de esta villa.

Caminar por sus empedradas calles Crucifijo y Mayor se convierte en un agradable ejercicio que te permitirá descubrir joyas arquitectónicas como las iglesias del Crucifico, Santiago y San Pedro, y bellos edificios salpicados de detalles de influencia jacobea.

Pero, sin duda, el puente románico sobre el río Arga será lo que más te sorprenderá. Es uno de los ejemplos románicos más hermosos y señoriales de la ruta jacobea y el que da nombre a esta villa.

Puente la Reina nació por y para la Vía Compostelana. Todavía hoy la influencia de las peregrinaciones a Santiago sigue caracterizando a la villa, encrucijada de caminos donde se unen las rutas que vienen de Orreaga/Roncesvalles y de Somport.

Fundada en el siglo XII por Alfonso I el Batallador, conserva de manera admirable su inicial trama urbana. Su estructura urbanística es todo un ejemplo de «pueblo-calle», una villa construida en función de su calle principal y no alrededor de un castillo protector.

Alfonso I el Batallador

La calle central o rúa Mayor que desemboca en el puente es camino y monumento. Estrecha y sombría, protegida por casonas señoriales, posee en su inicio la iglesia del Crucifijo, construcción de origen templario, con dos naves: una románica y otra gótica. Antes de adentrarte en el templo, contempla la portada románica que luce una rica ornamentación y repara en la decoración de la arquivolta central, cuyo motivo principal son las conchas de peregrino. En el interior, fíjate en un crucifijo con una insólita cruz de madera en forma de «Y» que, según cuentan, fue donado por unos peregrinos alemanes tras haberla llevado a cuestas en su peregrinación.

Vemos a la izquierda una construcción religiosa, es la iglesia del Crucifijo y su estructura primitiva la levantaron los caballeros templarios a quienes el rey García Ramírez había entregado esos terrenos en el año 1146.

Iglesia del Crucifijo

El primer comendador templario se llamó fray Glisón y sería él el que mandó construir el convento hospital de peregrinos y enfrente de él la iglesia que hoy se llama del Crucifijo, bajo otro nombre porque los templarios la pusieron bajo la advocación de una virgen negra. Nuestra Señora de los Huertos.

Nuestra Señora de los Huertos

La historia de esta iglesia y del crucifijo lleva un halo de misterio. Es un misterio el que rodea siempre a orden de los templarios.

El Cristo del Crucifijo es una de las imágenes más insólitas e inquietantes que pueden contemplarse a lo largo del Camino de Santiago.

El crucifijo está formado no por una cruz clásica, sino por una rama de árbol ahorquillada que viene a formar una Y griega.


Sin embargo bastará que nos fijemos en esa cruz para comprobar que no solo constituye una horquilla sino que el tronco central se prolonga por encima de la cabeza del Cristo, adoptando en realidad la forma inequívoca de la pata de oca, el signo secreto de las hermandades secretas de los canteros medievales, creadas y fomentadas por los freires templarios. La crucifixión sobre un árbol le identifica con el Attis de los misterios frigios y con el Krishna hindú. La Y griega sacrifica al redentor cristiano sobre la IOD de los judíos, la décima letra del alfabeto sagrado, el décimo sefirá de la Qabbalah malku, la Corona que abarca a todos los demás sefirot y tiene como principio al mismo Yavé, el origen de todas las cosas, unión de los contrarios y Percepción de la Realidad divina. Al mismo tiempo está la rama prolongada manifestando con toda evidencia el signo de la oca y proclamando el sacrificio de Cristo a una idea superior a Él mismo implica el signo que simboliza los principios sagrados de la Arquitectura, la misma mano de Dios inspirando la construcción del Templo de los templos, de cuya estructura extrajeron los templarios los módulos divinos de una estructura destinada a proporcionar el conocimiento a quien fuera capaz de comprender su esencia.

Siguiendo la Ruta Jacobea por la rúa Mayor llegarás a la iglesia de Santiago, que del primitivo templo románico sólo conserva algunos muros exteriores y dos bellas portadas. El resto del edificio fue construido en el siglo XVII, salvo la parte superior de la torre, que es del XVIII. En su interior, destacan las tallas policromadas de Santiago apóstol, denominado «beltza» por su tez morena, y de San Bartolomé.

Sus pasos te conducirán hacia la plaza Mena o Mayor, coqueta y animada, con galería porticada del siglo XVIII y bonitos edificios, como la «Casa de los Cubiertos». Tras cruzar la plaza, llegarás al tercer gran templo de Puente la Reina, la iglesia de San Pedro (XIV) que conserva retablos de interés.

La rúa Mayor desemboca en el magnífico puente construido en el siglo XI sobre el río Arga para facilitar a los peregrinos su salida del municipio. Atraviesalo y siente en silencio el discurrir del agua mientras imagina los peregrinos a quienes el puente ha despedido a lo largo de su historia. Después, desde la ribera del río, contempla esta magnífica obra de ingeniería románica con 6 arcos de medio punto, el más oriental bajo tierra.

 En su origen, contó con tres torres defensivas, en una de las cuales se encontraba la imagen renacentista de la Virgen del Puy o del Txori (pájaro, en euskera) que se guarda en la parroquia de San Pedro. Cuenta la leyenda que un pájaro visitaba diariamente la imagen, le quitaba las telarañas con sus alas y le lavaba la cara con su pico después de recoger agua del Arga.

Virgen del Txori

Si pasas por Puente la Reina entre el 24 y el 30 de julio te verás envuelto en el bullicio de sus fiestas patronales. En el caso de que elijas el último fin de semana de septiembre, te toparas con la celebración de las ferias, en las que son famosas las carreras de layas. Para adentrarte en la fiesta deberás también sentarte en torno a una buena mesa, con pimientos del piquillo y verduras cultivadas en las huertas puentesinas.

Y así amigos concluimos un viaje más dentro del Camino de Santiago, leyendas, historias, buena comida y buenos vinos y arte. En realidad nuestra cultura, buena para el cuerpo y para el alma.

Un saludo y hasta la próxima historia.


Patxi Amescua

Productor de TV

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