Trasmoz, el único pueblo excomulgado y maldito de toda España

Trasmoz, el único pueblo maldito y excomulgado | El Correo

Este pueblo a los pies del Moncayo, está rodeado de un gran misterio y cae una antigua maldición.

Aprovecho para contaros esta historia, que alguno de vosotros os sonara raro, pero como veréis es una de esas cosas curiosas de nuestro territorio nacional.

Un manto de oscuridad envolvió al pequeño pueblo de Trasmoz en 1512. Un conflicto que tiene su origen en un problema de riego, provocó que el Monasterio de Veruela lanzara una maldición a esta pequeña aldea situada a las faldas del Moncayo y custodiada por un imponente castillo. Pero no sólo arrastra esta condena, sino que, doscientos años antes, fue excomulgado del catolicismo por los siglos de los siglos y no ha encontrado su revocación en los últimos meses de vida.

El halo de misterio que se apropió de este diminuto pueblo no sólo perdura, sino que se ha extendido como la pólvora. Una historia que hace las delicias de los idólatras de lo oculto. Un destino que embruja al turista por sus calles vacías de humanidad, pero plenas de enigmas.

Trasmoz es una especie de pueblo ‘maldito’ que, siete siglos y medio después de ser condenado, continúa excomulgado por la Iglesia Católica. El motivo fue que se negó a someterse al poderoso monasterio de Veruela, el primero de la orden cisterciense de Aragón. A partir de ese momento se han sucedido una serie de acontecimientos que llaman a visitar y aprender de su historia:

Ruta por Trasmoz (Zaragoza): el único pueblo excomulgado | Guía Repsol

En 1255, el abad del Monasterio de Veruela, Andrés de Tudela, arrancó el catolicismo de cuajo de las vidas de los vecinos de Trasmoz. El motivo de este castigo divino halla su explicación en un conflicto por la leña. El clérigo, hastiado de las discusiones con los habitantes del pueblo por la provisión de madera del Monte de la Mata, excomulgó a la aldea, apartándola del Reino de los Cielos para toda la eternidad.  

El Real Monasterio de Santa María de Veruela – Entreletras
Monasterio de Veruela

Pero Dios le tenía preparado un destino aún más cruel para la supersticiosa población que moraba por aquel pueblo rebelde. Casi tres siglos más tarde, de nuevo, el Monasterio de Veruela, dirigiría sus iras contra los habitantes de Trasmoz. Esta vez, la leña se sustituía por el agua como eje de un nuevo conflicto con la Iglesia.

Monasterio de Veruela : Turismo de Aragón

El señor de Trasmoz en 1511, Pedro Manuel Ximénez de Urrea, se enfrentó al abad del Monasterio debido a que el curso del agua transitaba por zonas que pertenecían al convento. Los clérigos de Veruela desviaron la natural circulación del agua y esta no llegaba a las familias trasmoceras. Las Cortes de Aragón mediaron en el conflicto en favor del señor de Trasmoz. Pero al abad hizo oídos sordos y maldijo al pueblo.

Pedro Manuel Ximénez de Urrea

Según relatan algunos expertos, el abad, en plena madrugada, cubrió el crucifijo del altar con un velo negro y recitaron el salmo 108 de la Biblia – una maldición de Dios contra sus enemigos -. Cada frase iba acompañada de un toque de campana para que los vecinos del pueblo lo escuchasen y constase en acta. Trasmoz fue maldita con nocturnidad y alevosía.

Campanas» Torre de las Campanas - Real Monasterio de Sant… | Flickr

Fiestas paganas

Desde entonces, la leyenda ha marcado con letras tétricas y negras al pueblo de Trasmoz. Brujas, aquelarres, nigromancia… Todas las actividades insalubres para el alma humana transcurrían entre las lindes de esta aldea incómoda para los vecinos con hábito que moraban a escasos kilómetros.

Las oscuras leyendas sobre este área de terreno maldito han perdurado hasta nuestros días. Incluso han inspirado a algunos de los grandes autores de la literatura española. El misterio que envolvió a este pueblo y las supersticiones propias de tiempos pasados en los que el temor a un Dios que les había abandonado.

El paso del tiempo moldeó y alimentó estos mitos a su antojo, habitando de por vida en el imaginario de sus habitantes y, por supuesto, del resto del país. Pero las llamas de estas leyendas se vieron avivadas gracias a la maestría de un enfermo Gustavo Adolfo Bécquer.

Retrato de Gustavo Adolfo Bécquer. Wikipedia

En pleno Romanticismo, el poeta y escritor sevillano, se mudó durante un tiempo al ínclito Monasterio de Veruela para respirar el aire puro que le despojara de la tuberculosis que le perseguía desde 1857. Un lugar idóneo para un romántico, tan apasionado de lo oculto y lo fantástico.

Ladycrocs on Twitter: "El único pueblo excomulgado de España, lleno de  rimas de Bécquer. Donde las brujas campan a sus anchas y los embrujos te  cautivan en cada esquina https://t.co/2rKuzuskRk" / Twitter

Durante su estancia en el pueblo, Bécquer gestó algunas de sus narrativas más emblemáticas, como el relato de la Tía Casca.

En Cartas desde mi Celda, el poeta andaluz, a caballo entre un relato y una crónica periodística, cuenta las andanzas de este misterioso y ‘peligroso’ personaje que habitaba en Trasmoz.

“Los sábados, después de que la campana de la iglesia dejaba oír el toque de las ánimas, unas sonando panderos, y otras, añafiles y castañuelas, y todas a caballo sobre escobas, los habitantes de Trasmoz veían pasar una banda de viejas, espesas como las grullas, que iban a celebrar sus endiablados ritos a la sombra de los muros de la ruinosa atalaya que corona la cumbre del monte”. Así relató Bécquer la información que en este pagano resquicio de España pudo recabar.

trasmoz-tia-casa - Por Soleá

Y así quedó maldecido el señor de Trasmoz, sus descendientes y todo el pueblo. Maldito y excomulgado es como ha llegado Trasmoz hasta nuestros días, sin que ningún Papa a lo largo de la historia haya levantado el castigo.

Este pueblo de apenas 40 habitantes. De momento no tienen pensado solicitar al Papa la revocación de la excomunión y la maldición. Prefieren seguir siendo los “benditos malditos”.

Los brujos y brujas del Aragón demonio: La Tía Casca de Trasmoz

Y aquí tenéis la interesante historia de esta pequeña aldea de Aragón, que de seguro si pasáis cerca os acercareis para hacer un recorrido por sus calles. Pero cuidado no os detengáis si por casualidad se acercase alguna de esas señoras vestidas de negro y con una sonrisa especial.

Un saludo,


Patxi Amescua

Productor de TV

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Francisco de Amescua Seco - Copyright © 2020