Misterios y leyendas del Camino de Santiago

Hola amigos, el Camino de Santiago es mágico y lleno de historias y leyenda, vamos a ir poco a poco contando algunas anécdotas interesantes y que seguro os gustarán.

En este episodio vamos a hablar de la localidad de Estella/Lizarra (lugar de fresnos) en euskera.

A mitad de camino entre Pamplona y Logroño, en una zona de transición entre la Montaña y la Ribera, se encuentra Estella-Lizarra, ciudad monumental nacida al calor del Camino de Santiago. La ciudad fue fundada en torno al año 1090 por Sancho Ramírez, monarca de Pamplona y Aragón, cerca del primitivo burgo de Lizarra, que había sido reconquistado según unos historiadores por Sancho Garcés I en el año 914.Cuenta con un importante patrimonio monumental, por el que es también conocida como la Toledo del norte, entre el cual destaca la iglesia de San Pedro de la Rúa, la de San Miguel, la del Santo Sepulcro y el Palacio de los Reyes de Navarra que es el único ejemplo de románico civil en la comunidad. ​

En el siglo XV se la conocía como «Estella la bella» y en la actualidad sigue haciendo honor a este adagio: es ciudad románica que atesora palacios, casas señoriales, iglesias, conventos, puentes y hermosos edificios que le han valido el sobrenombre de «la Toledo del norte».

 Te sorprenderá por su variada gastronomía y por la animada actividad cultural y comercial; los jueves celebra su mercado semanal.

En tu paseo te cruzarás con peregrinos y visitantes ávidos de conocer las viejas calles de francos y judíos, y podrás comprobar que sigue siendo actual la frase que AymericPicauddijo en el siglo XI: «Estella es ciudad de buen pan, excelente vino, mucha carne y pescado y toda clase de felicidad».

La influencia del Camino de Santiago y de la judería -fue la tercera en importancia después de las aljamas de Tudela y Pamplona-, envuelve toda la ciudad. Fundada en el año 1090 por Sancho Ramírez,  vivió su máximo esplendor en los siglos XII y XIII. De esta época es el Palacio de los Reyes de Navarra, uno de los pocos legados de románico civil que quedan en España de esta época. Su interior alberga el Museo Gustavo de Maeztu, palacio ubicado entre la calle San Nicolás y  la plaza San Martín, donde podrás beber de la fuente de los chorros, del siglo XVI, antes de continuar tu visita.

El puente gótico del  Azucarero, el románico reconstruido en el S.XX de la Cárcel, y  la puerta medieval de Castilla, la única restante de las murallas que rodearon los burgos medievales, son otros ejemplos de arquitectura civil de la ciudad.

Callejear tranquilamente por Estella-Lizarra te llevará a descubrir bellos palacetes y casonas, como el palacio de los Eguía (XVI), sede de la actual biblioteca, la mansión señorial de los Ruiz de Alda (XVII), la casa Fray Diego de Estella-Lizarra, que alberga la casa de cultura de la ciudad, el palacio plateresco del siglo XVI, el palacio del Gobernador (XVII), que en la actualidad alberga el Museo del Carlismo, y  viejos arcos góticos que daban entrada a tiendas y hospederías jacobeas. No te pierdas la calle Mayor, con sus edificios blasonados y un palacio barroco del siglo XVIII en el número 41; el edificio de la Estación (1927) y el palacio de Luquin (XVII).

Entre los edificios religiosos, visita las ruinas de la iglesia medieval de San Pedro de Lizarra: fíjate en la estela romana adosada al muro sur. La iglesia de San Pedro de la Rúa, de estilo románico tardío, tiene portada del siglo XIII y claustro del XII. En la de San Miguel (XII-XIV), destaca su hermoso pórtico tardo románico del que se dice ser el mejor de España en su estilo.

Detente ante la primorosa portada del siglo XIV de la iglesia del Santo Sepulcro, las puertas de la iglesia de San Juan Bautista, la iglesia de Santa María Jus del Castillo, donde se ubicaba la antigua sinagoga, la basílica de Nuestra Señora del Puy.


El 25 de mayo, Estella-Lizarra festeja a su querida Virgen del Puy, patrona de la ciudad. Si visita la ciudad a finales de julio, la encontrarás engalanada como en la Edad Media para celebrar la Semana Medieval, y el viernes anterior al primer domingo de agosto comienzan 7 días de sus animadas fiestas patronales. La segunda quincena de septiembre podrás acudir a la Semana de Música Antigua y en torno al 30 de noviembre y coincidiendo con fin de semana, se celebra la feria de ganado y artesanía de San Andrés.

Cualquier excusa es buena para degustar los platos tradicionales de esta zona: verduras de temporada, pochas, garbanzos, trufa, ajoarriero, cordero al chilindrón y gorrín asado. Entre los postres típicos destacan las alpargatas (pastel de hojaldre), rocas del Puy, tarta de Santiago, sanchicos (bombones rellenos), quesos de tipo Idiazabal . No olvides que estamos en tierra de ricos caldos. Si lo deseas podrás visitar alguna de las bodegas cercanas.

Ya hemos visto la interesante ciudad de Estella/Lizarra y de los lugares a visitar en ella.

Ahora nos vamos a dirigirnos al Monasterio de Irache y contaremos la historia que hace ya tiempo ocurrió dentro de sus muros.

El Monasterio de Irache se encuentra ubicado, no por casualidad, en un lugar privilegiado en cuanto a románico se refiere. Se sitúa junto al pueblo de Ayegui, a muy poca distancia de Estella y el Camino de Santiago y también próximo al Monasterio de Iranzu.

Monasterio de Irache

Centrándonos en el monasterio, diremos que es un cenobio benedictino de antiguo origen (Ya es citado en el siglo X) y que, gracias a la prosperidad económica de que gozó, reconstruyó sus dependencias a partir de la segunda mitad del siglo XII y cuya construcción llegaría a bien entrado el XIII.

La Virgen de Irache

En la iglesia parroquial de Dicastillo se guarda la conocida Virgen de Irache, soberbia talla románica en madera de la Virgen coronada con el Niño en su iconografía habitual de Sedes Sapientiae. En el ábside del Monasterio de Irache encontramos una buena réplica de esta imagen. De más de un metro de altura, llama la atención la estricta simetría del cuerpo de María que acoge en el centro de su regazo al Niño, que aunque de pequeño tamaño, muestra rasgos de joven, no de bebé.

San Veremundo de Irache, abad.

San Veremundo

Abad benedictino de Irache (Estella 1043-1092). Proclamado patrón del camino jacobeo navarro, ya que dedicó medio siglo a atender a los peregrinos en el primer hospital abierto en Irache por su predecesor, su tío Munio. Abrió también las despensas del monasterio a peregrinos e indigentes que necesitaban ayuda. Nació según unos en Arellano y según otros en Villatuerta, motivo por el cual el cofre relicario con sus restos se conserva durante cinco años en un pueblo y los cinco siguientes en el otro.
Con doce años de edad fue admitido en el cenobio de Irache, donde su tío Munio era abad. Fue patente su devoción a la Virgen y entre los monjes se decía que hablaba con la del monasterio de Irache, cuya imagen fue trasladada en 1842 a la parroquia de Dicastillo. Al morir su tío Munio, en 1052, los monjes eligieron a San Veremundo abad del centro.

Fue un monje penitente y amante de la sencillez y la pobreza. No se permitía ni la más mínima falta a la Regla, era asiduo lector de la Escritura, devotísimo de la Virgen María, amante de la oración y muy caritativo, cosa que pudo verificarse el tiempo en el que estuvo en la portería, al inicio de su vida monástica. Hasta con milagros, si era necesario: En una ocasión llevaba panes envueltos en el escapulario, cuando el abad le preguntó que llevaba. «Unas astillas para el fuego«, dijo. Le mandó el abad que las enseñase, dejó caer su carga y efectivamente ¡eran maderas! Entre 1043 y 1045 fue elegido abad del monasterio. Fue un padre providente para sus monjes, reforzó la disciplina monástica, el esplendor del culto y la santidad de sus monjes.

También tuvo el don de milagros; en una ocasión salvó a un hombre que se ahogaba en el río Ega, y en otro momento cesó con su oración el fuego que unos desalmados habían encendido en las mieses del monasterio. Y no solo eso, sino que los pirómanos quedaron paralizados hasta que reconocieron su culpa y pidieron perdón al santo. Otro milagro, bastante raro, cuenta que en una ocasión en que la hambruna se hizo presente en Navarra, el pueblo acudía en masa a Irache a saciar su hambre. Llegó a tanto, que un día se reunieron hasta 3000 almas en la iglesia y los terrenos del monasterio, clamando socorro. Veremundo, conmovido, se postró ante el altar y suplicó socorro al cielo. En ese momento se vio descender del cielo una hermosa paloma blanca que revoloteando sobre los hambrientos, los dejó milagrosamente saciados, para luego volver a los cielos. Además, tuvo los dones de expulsar demonios, de conciencias y de lágrimas. 

Como santo fue muy respetado y admirado por el rey Sancho Ramírez, quien le concedió el privilegio, en 1087, tanto a él como a los miembros de su comunidad, de que “el simple dicho de un solo monje de Irache hiciese plena prueba en juicio y fuera de él aunque sea en causa propia”. La notoriedad y fama de San Veremundo llegó hasta Roma.
Cuentan que merced a la intercesión de San Veremundo fue descubierta la imagen de Santa María del Puy, en 1080. Ante tal acontecimiento Sancho Ramírez fundó en aquel mismo lugar la ciudad de Estella. A la muerte del santo fue enterrado en el monasterio de Irache donde permaneció cerca de quinientos años. El pontífice Paulo V ordenó su culto en 1614, confirmado por Inocencio X en 1646.
La primera traslación de los restos de Veremundo se hizo en 1583, siendo abad de Irache fray Antonio de Comontes, que había contraído una grave enfermedad y se encomendó al santo prometiéndole la construcción de una urna preciosa si sanaba. Como su petición obtuvo respuesta satisfactoria, construyó un arca que permaneció hasta el siglo XVIII en la sacristía. En 1657 las reliquias fueron guardadas en una urna de plata. En 1839 los monjes abandonaron el lugar. Los restos del santo permanecieron en Ayequi durante unos meses, pero finalmente fueron los pueblos de Arellano y Villatuerta los que comenzaron a alternar su custodia. Ambas localidades mantienen el dicho popular de que “mientras el mundo sea mundo, el 8 de marzo San Veremundo”.

En 1583 el abad Antonio de Comontes prometió al santo que si le sanaba de una peligrosa enfermedad le colocaría en una mejor arca. Sanó y trasladó las reliquias a una bellísima arca dorada y estofada, colocando la cabeza aparte, en un relicario de plata, y ambos relicarios en la nave del Evangelio de la iglesia abacial. Del relicario de la cabeza, que además se sacaba en procesión regularmente, se decía manaba un fragante olor, que se hacía más intenso si se obraba algún prodigio por intercesión del santo.

Bebed agua peregrino
Tomad descanso y dejad sed
Y en próxima etapa sabed
Que os dará fuerza y buen vino.Aquí Nació San Veremundo
Que en Irache fue su abad
Pedid su gracia y marchad
Haciendo amor el Camino

Y esto ha sido todo amigos, historias y leyendas del Camino de Santiago, que de vez en cuando os haré saber, porque a mi entender son cosas muy curiosas.

Un saludo,


Patxi Amescua

Productor de TV

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