MÉRIDA

Hola a todos en una aventura más de un viaje nuestro:

Esta vez nos acercamos a ver la ciudad de Mérida, la Augusta Emérita. Ciudad que María no conocía y yo, siempre con prisas, pasaba sin entrar a conocerla.

Teníamos mucha ilusión de ir a verla, lo comenté con mi hija Mirentxu y ella inmediatamente se puso en marcha, como buena profesional de turismo nos reservó un hotel en el centro y cerca del Museo de Arte Romano. Estupendo porque dejamos el coche bien aparcado y empezamos a visitar la ciudad andando, que es como se deben ver las cosas.

Libro en mano nos disponemos a enterarnos de la historia de la ciudad y a medida de que íbamos leyendo, nos íbamos asombrando de cuanta cultura acumulada encerraban estas calles y estos muros.

La ciudad de Augusta Emérita, fue fundada por orden del emperador Octavio Augusto en el año 25 a. C., para acoger a los soldados de las guerras cántabras, veteranos de las legiones V Alaudae y X Gemina.

Capital de la provincia romana de Lusitania y una de las poblaciones más destacadas del Imperio, en Augusta Emérita se realizaron grandes obras de ingeniería civil acordes a su importancia. Muchas de estas obras han llegado hasta nuestros días, como el teatro, el anfiteatro, monumentos funerarios.

Desde el principio fue una ciudad amurallada, en la que tenían especial interés los edificios de espectáculos públicos, (Teatro, Anfiteatro y Circo), además de los Foros, templos, termas, embalses y demás edificaciones que se fueron integrando en la ciudad, con los edificios de viviendas y las plazas públicas. Especialmente relevante fue el puente romano sobre el Guadiana, uno de los más largos del imperio, que se convirtió en un importante nudo de comunicaciones acorde con el rango de la ciudad.

Por el año 304 gobernaba la ciudad  Aurelius Ursinus y tuvo lugar una historia con una muchacha que contaré a continuación:

Eulalia nació en Emérita Augusta (Mérida)en torno al año 292 D.C. aunque algunas fuentes la sitúan más tarde, en tiempos del emperador Traciano Decio (249-251). Vivía en una familia acomodada, era la hija del senador romano Liberio y tanto ella como su familia eran cristianos. Cuando Eulalia cumplió los doce años apareció un decreto del emperador Diocleciano que prohibía dar culto a Jesucristo y obligaba a venerar a sus dioses paganos. La joven, muy cercana a la religión cristiana se llevó un gran disgusto. Sus padres, conociéndola, decidieron salir de la ciudad e irse a vivir al campo, a una casa situada junto al arroyo Albarregas. Intentaban con esto evitar así a un destino que se le antojaba fatal.

Pero el 10 de diciembre del año 304, Eulalia se escapó de casa y se presentó ante la magistratura romana de Emérita Augusta dispuesta a protestar por lo injusto que consideraba este decreto. La joven se plantó frente al gobernador Aurelius Ursinusy se quejó de unas leyes que no podían ser obedecidas por los cristianos. En un principio el gobernador, pensando que no se trataba más que de una niña caprichosa, intentó convencerla con regalos y promesas para que cambiara de opinión, pero visto que no conseguiría nada por ese camino le mostró los instrumentos de tortura a los que se podía enfrentar si no obedecía la ley del emperador.

Los soldados romanos golpearon su cuerpo sin descanso.

Tras su muerte, la tarde comenzó a volverse gris y oscura y empezó a caer sobre Mérida unacopiosa nevada. Cuenta el poeta Prudencio en el siglo IV, que al morir la joven una hermosa paloma blanca salió de su cuerpo y volóhasta el cielo, sus verdugos, llenos de pavor, salieron huyendo. Su cuerpo inmóvil nadie quiso amortajarlo, la nieve fue la mortaja que le mandó Dios y que Roma le negó. La nevada cubrió su cadáver durante varios días hasta que un grupo de ciudadanos cristianos le dieron honrosa sepultura.

Desde entonces y todos los años, los días cercanos a su festividad, 10 de diciembre, una espesa bruma se extiende sobre la antigua Emérita Augusta, son “Las nieblas de la Mártir”.

Maqueta del martirio de Santa Eulalia

Hicimos un alto en el camino, para tomar un poco de alimento, pues después de tanto ir y venir nos entró hambre y decidimos sentarnos en un lugar y al aire libre degustar algún plato de la tierra. Buen jamón y buena carne extremeña.

Una vez de comer y descansar, nos dispones a seguir con nuestra visita, libro en mano.

Mérida Visigoda

Tras su conquista a manos de los pueblos «bárbaros» en el s. V, Mérida se transformaría en una de las ciudades más importantes de la Hispania visigoda, sólo superada por Toledo. Tanta fue su importancia que durante parte del s. VI fue capital del reino, se acuñó moneda y la iglesia lusitana vivió su máximo esplendor.

Por desgracia, los grandes edificios visigodos no han llegado hasta nuestros días, aunque se conservan restos de una riqueza increíble.

Colección visigoda de la antigua iglesia de Santa Clara

Ha habido momentos, especialmente desde los siglos IV al VI, en los que fue Mérida la cabeza desde la que se pensó una nueva Hispania.

Bajo la monarquía visigoda, concretamente bajo el patronazgo del arzobispado emeritense, el más importante de la antigüedad tardía y los comienzos de la Edad Media en la Península, ya que dependían de él doce obispados.

Después, el nuevo emirato, para sobrevivir, hubo de apoyarse en grandes ciudades ya existentes, como Córdoba o la propia Mérida. Luego, el califato, redujo la influencia de la ciudad en favor de otra nueva, creada por los propios emeritenses: Batalhús, la actual Badajoz.

Tras su conquista por los leoneses en 1230, no le fue restituida la sede arzobispal y quedó relegada a mera cabeza de una provincia ligada a la Orden de Santiago.

Paseando por las calles más céntricas y mirando la cantidad de escaparates de tiendas de comestibles, ropa, artesanía y demás curiosidades. Paramos para tomar un refresco que bien nos lo habíamos merecido y….

Siguiendo nuestro andar nos encaminamos al Museo de Arte Romano, una edificación espléndida. María como buen arquitecto estaba deseando ver esta maravilla, pues la habían hablado mucho de ella, pero nunca tuvo la ocasión de entrar y disfrutar de un edificio tan magníficamente ejecutado y de las innumerables y valiosísimas piezas de arte que en él están depositadas.

Esta obra del prestigioso arquitecto de Tudela (Navarra) Rafael Moneo Vallés con sus colosales dimensiones.

En su interior podremos admirar una de las mejores colecciones de escultura romana y de mosaicos de la península. A través de la visita a sus salas comprenderemos cómo funcionaba una gran ciudad romana y cómo desde ésta se administraba una vasta provincia, la más occidental del Imperio Romano.

También visitar este Museo nos permite acercarnos a los más variados aspectos de la vida diaria de los primeros emeritenses.

Su cripta alberga, entre otros vestigios, restos de viviendas extramuros decoradas con interesantes pinturas así como algunos enterramientos.

Los arcos fueron ampliamente utilizados por la civilización romana para conmemorar sus grandes logros y hazañas. Constantino, Tito, y Septimio Severo los construyeron para conmemorar sus victorias militares. Ingenieros en Segovia y Nimes las incorporaron a sus revolucionarios acueductos. Y 1.500 años después de la caída romana, Rafael Moneo le dio un toque moderno a esta antigua estructura en el impresionante Museo Nacional de Arte Romano de Mérida, ubicado en la antigua ciudad romana de Augusta Emérita en la Península Ibérica

En 1979 se comisionó a Moneo para la construcción del museo como parte de las celebraciones del gobierno español del segundo milenario de la fundación de Emérita Augusta. El museo reemplazó a otro de 1838 construido en el mismo sitio, en el centro de una de las más grandes y mejor conservadas ciudades romanas de Europa Occidental, justo al lado de uno de los anfiteatros más antiguos y espectaculares que sobreviven en el mundo: el Teatro Romano de Mérida.

Qué maravilla de Museo, que bien organizado, de verdad es una experiencia magnífica de la que todos deberíamos disfrutar y enriquecernos con la exposición de tanto arte y lo bien cuidado y conservado que está.

La limpieza y el orden, la luz y el espacio. Salimos del edificio llenos de arte y cultura.

Y nos encaminamos a ver el Teatro romano.

Una auténtica joya de la arquitectura romana. Con más de 2000 años de vida sigue cumpliendo la función para la que fue diseñado originalmente: el Teatro sirve de escenario para importantes acontecimientos culturales y en él se celebra el prestigioso Festival de Teatro Clásico de Mérida.

El Teatro Romano de Mérida comenzó a construirse en el año 16 a.C. con el patrocinio del cónsul Marco Vipsanio Agripa.

El diseño se basa en los modelos definidos por Vitrubio.

Vitruvius.jpg
Marcus Vitruvius Pollio

El graderío, de tres alturas, tenía capacidad para 5.800 personas.

Teatro romano y anfiteatro
Los arcos del teatro romano que inspiraron el diseño de Moneo

En los espacios entre columnas (intercolumnios) se situaban estatuas que representaban dioses y personajes mitológicos. En el centro de la escena se encuentra en la actualidad una reproducción de una estatua de la Diosa Ceres.

Una vez terminada nuestra visita a estos lugares y de haber sacado fotos de los diferentes lugares del anfiteatro y de las leyendas de sus participantes como los gladiadores.

Polémica por la instalación de una pista de pádel en el Anfiteatro ...

Una vez terminada la visita, nos encaminamos hacia nuestro hotel para descansar y prepararnos para la cena. Pues al día siguiente teníamos que seguir camino por tierras extremeñas, hasta llegar a Oropesa en la provincia de Toledo, donde paramos a dormir en una casita rural.

Oropesa

Dimos una vuelta por la ciudad, cenamos algo y fuimos a dormir porque llevábamos un día muy agitado.

A la mañana siguiente emprendimos viaje, no sin antes darnos un paseo por la ciudad y de tomarnos un buen café en el maravilloso Parador Nacional.

Que era nuestra intención reservar una habitación en tan noble lugar, pero resultó que estaba lleno, debido a no se cuantas bodas, en fin la próxima vez lo volveremos a intentar.

Una vez de haber llegado a casa y de desmontar el equipaje, ya me estaba rondando por la cabeza el próximo viaje.

Un saludo amigos,


Patxi Amescua

Productor de TV

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